Entre los miles de manifestantes que el pasado viernes colapsaron el centro de València, ya fuera a pie o a bordo de sus tractores, habían agricultores de municipios de l'Horta. Pese al buen clima y la calidad de la tierra, la comarca no es ajena a la crisis que precios y otras circunstancias que está ahogando al sector, provocando el abandono de campos y dejando a centenares de labradores sin un ingreso económico.
Y para corroborar la situación que viven los agricultores, basta con acudir a las frías cifras de la estadística. Según datos publicados por la Generalitat Valenciana, a cierre de 2018, último año registrado, la superficie agrícola en los 43 municipios de l'Horta Sud y Nord ascendía a 21.142 hectáreas, 259 menos que en 2013. Por tanto, en cinco años, se han abandonado a su suerte uno 2,59 millones de metros cuadrados, el equivalente a más de 352 terrenos de juego como el de el estadio de Mestalla.
Esta situación persiste en pleno proceso de constitución del Consell de l'Horta, que la semana pasada celebraba su sesión inaugural y se marcaba diferentes retos como la lucha contra los robos, la promoción de los bancos de tierras y la apuesta por la agricultura de proximidad.
Pero, ¿cómo han evolucionado los diferentes formas y tipos de cultivo?. En 2013, las tierras dedicadas a cítricos eran las más numerosas, con 14.863 hectáreas. Cinco años después, la superficie descendió hasta las 12.316. Al cierre de 2018, Picassent era el municipio con más naranjos plantados sobre 3.685 hectáreas, 498 menos que en 2013. Torrent, el segundo con mayor superficie citrícola, pasó de 2.296 (2013) a 2.174. En l'Horta Nord, el Puig de Santa María es el líder en cítricos, pero también retrocede 152 hectáreas en cinco años (1.245 - 1.093). En cambio, las hortalizas y los cereales en grano, las dos variedades con mayor plantación en la comarca por detrás de los cítricos, si han crecido en superficie. La primera ha experimentado un incremento de 1.146 hectáreas, mientras que la segunda su evolución positiva solo es de 5. Silla es el municipio con más hortalizas, con 267 hectáreas en 2018, 200 más que cinco años antes. En l'Horta Nord, lidera Alboraia, con 238 hectáreas, 146 más que en 2013.
Al mismo tiempo, otras tres variedades han experimentado un notable repunte durante el periodo analizado. Es el caso, por ejemplo, de los frutales no cítricos. De las 1.777 hectáreas de 2013 se pasó a las 2.084 de cinco años después. Nuevamente Picassent es el municipio con más extensión de terreno, con 795 ha, 447 más. Destacable, ha sido también el aumento de tierra dedicada a los tubérculos para el consumo humano. En 2013, el terreno ascendía a 417 hectáreas, mientras que en 2018 era de 884, una subida del 112%. Alboraia aglutina 289 hectáreas del total, gracias a su especial dedicación al cultivo de la chufa.
Desde la Unió de Llauradors analizan los datos estadísticos desde la perspectiva de la perdida global de superficie, pero también la que experimenta crecimientos.
«Los datos recogen una tendencia de los últimos años que reflejan el abandono de las tierras agrícolas por motivos claros. Por un lado, la falta de rentabilidad provoca que muchas personas dejen de labrar sus tierras, sobretodo aquellos que le dedican una labor complementaria y no profesionalizada. Por otra parte, se dejan perder los campos por la falta de relvo generacional. Las jubilaciones delos agricultores no encuentran una saga detrás que siga su labor», explican desde la Unió.
En este sentido, señalan que el naranjo es el cultivo que más ha sufrido el abandono de tierras. «A diferencia de otras variedades, el cítrico está desprofesionalizado es una actividad complementaria para el que lo planta, con lo que la rentabilidad es lo más importante para seguir con la actividad, por lo que en cuanto baja el rendimiento económico, están abocados al abandono», indican.
Por contra, tal como refleja la estadística, se está registrando en los últimos años «un avance en cultivos frutales diferentes al cítrico, como el kiwi, el aguacate o el caqui, aunque este en menor medida en la comarca de l'Horta», apuntan desde la Unió. Por ejemplo, técnicos de la entidad visitaron recientemente una plantación de kiwis en Torrent de 84 anegadas, unas 54 hectáreas. En cuanto al repunte de tipos como los tubérculos, argumentan que «obedece más al ciclo de plantación o demanda del mercado, más que a un abandono de terrenos».
En todo caso, y dando la estadística de la Generalitat Valenciana como datos oficiales, desde la Unió vienen reclamando que se destine una partida para realizar una radiografía exacta de la realidad de la huerta. «Creemos que hace falta un servicio estadístico más potente», consideran.
