Las obras para convertir un edificio en ruinas de Picanya en una residencia para personas mayores han comenzado, tras casi 15 años de abandono de este proyecto. La nueva firma adjudicataria invertirá más de nueve millones de euros en total para habilitar una residencia de 140 plazas y además un centro de día para otras 25, así como un gran jardín en la amplia superficie exterior que tiene la parcela. Todo el recinto está situado en la entrada de Picanya desde Torrent, junto al Parque de Bomberos y la autovía.

El alcalde de Picanya, Josep Almenar (PSPV), confía en que el ritmo de la obra siga el que está marcado en el proyecto y la población pueda tener finalmente este recurso, que se proyectó a principios de los años 2000 y que, como otros muchos, fue tanto víctima de los problemas internos de la primera empresa adjudicataria, como de la crisis de 2008.

Como ya informó Levante-EMV, el proceso para desbloquear la residencia, una vez se logró tener una empresa interesada, ha durado dos años, en los que ha sido necesario salvar muchos trámites judiciales y administrativos, por parte del Ayuntamiento de Picanya y la Conselleria de Políticas Inclusivas, además de la propia firma. Asimismo, la compañía ha tenido que asumir una deuda de 3,8 millones de la primera adjudicataria y además invertir otros 5,49 millones para reconstruir el edificio

Aunque el inmueble había sido saqueado, incendiado y ocupado, a lo largo de los años, finalmente los equipos técnicos han valorado que podía mantenerse la estructura, aunque realizando toda una serie de modificaciones sobre el proyecto inicial porque ha cambiado la legislación. 

Las obras están a cargo de la UTE Cobra-Servitria, que ha sido contratada por la firma que es la adjudicataria del proyecto y será la gestora posterior, la empresa valenciana Solimar, dedicada a la gestión integral de más de 1.200 plazas de asistencia a personas mayores y dependientes, con centras ya en funcionamiento en las comarcas de la Ribera Alta, la Ribera Baixa, La Safor y la Vall d’Albaida, además de l’Horta Sud. En total seran reformados 7.268,54 metros cuadrados de superficie para generar un espacio con 93 habitaciones, en las que estarán las 140 plazas. 

Trabajos en el interior del edificio. A.P.

Veinte años de proyecto

El Ayuntamiento de Picanya proyectó esta residencia a principios del siglo XXI y, en el plan inicial, era para 125 plazas. El proyecto se adjudicó en 2001 por el sistema de concesión obra (construcción y gestión por 50 años) a una firma de Madrid. El contrato se firmó finalmente en 2003 y la obra arrancó aunque los problemas internos provocaron que se paralizara. En el año 2007 y tras incumplimientos reiterados de los plazos, alegando la empresa problemas internos, el consistorio inició el proceso para rescindir el contrato e incluso abrió un expediente sancionador en el que amenazó a la sociedad con una multa de 600.000 euros. Aunque la obra se reemprendió y la firma llegó a acabar la estructura y la tabiquería, con ventanales y puertas, sus problemas internos dieron al traste con el proyecto.

Con la crisis de 2008, el consistorio no pudo encontrar otra firma, ya que además del coste de acabar la residencia, tenía que asumir deudas de la anterior. Así que todo el complejo quedó abandonado y expuesto a destrozos, actos vandálicos y expolios durante años. El abandono provocó desde un incendio, en los primeros años, hasta una intervención municipal porque el edificio fue ocupado por un tiempo, lo que motivó que el consistorio ordenara a la empresa adjudicataria tapiar los huecos.

Imagen virtual de la residencia de cómo quedará la residencia. A.P.

Finalmente, una firma se interesó por el proyecto y, en los últimos dos años, ha tenido que pasar por un farragoso procedimiento y asumir deudas via judicial, antes de obtener la licencia municipal el pasado febrero.