Velarte: La firma que convirtió la rosquilleta en un producto internacional

El presidente del Consell, Ximo Puig, visita la empresa de Catarroja y destaca su gran capacidad innovadora

Ximo Puig y las autoridades municipales con representantes de la empresa.

Ximo Puig y las autoridades municipales con representantes de la empresa. / GVA

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, visitó ayer la planta de producción de Velarte, situada en Catarroja, donde destacó la capacidad innovadora y la vocación de internacionalización de esta empresa familiar valenciana dedicada a los productos horneados.

En el transcurso del acto, Ximo Puig elogió también la trayectoria profesional de la empresa, que responde a «muchos años de trabajo e ilusión». También el presidente resaltó la «originalidad y autenticidad» de sus snacks y valoró el «esfuerzo y la capacidad de actualización» tanto de la producción como de la comercialización de sus elaboraciones.

Gimeno, Monzó y Puig, con la familia propietaria.

Gimeno, Monzó y Puig, con la familia propietaria. / GVA

Asimismo, el presidente subrayó que Velarte ha logrado posicionarse en un mercado «cada vez mayor», convirtiéndose en un referente tanto en el ámbito nacional como en el europeo, y ha valorado su apuesta por ampliar su capacidad exportadora.

A la visita se sumaron el alcalde de Catarroja, Jesús Monzó, y la concejala y diputada provincial, Dolors Gimeno. El paso por esta firma de Catarroja sigue a otras visitas empresariales que está realizando el presidente de la Generalitat, como es el caso de Grefusa en Alzira, esta misma semana.

Historia de generaciones

La empresa Velarte nació en 1969 en un pequeño horno que fundó el emprendedor Enrique Velarte. Su transformación en industria fue clave para su expansión posterior. El año 1999 marcó otro punto de inflexión en su trayectoria ya que se el negocio se trasladó a la nueva fábrica de Catarroja, la que ayer visitó Ximo Puig. Ello permitió aumentar su capacidad productiva e introducir mejoras en los procesos.

La primera década del nuevo milenio se caracterizó por la expansión de la firma en diversos países de Europa, así como el lanzamiento de nuevos productos que iba recibiendo con éxito un mercado creciente.

Cuando falleció el fundador, tomó las riendas su hijo, Enrique Velarte Navarro, quien afrontó el proceso de internacionalización de la empresa, cuya cifra de negocio se situaba en 12,7 millones de euros en 2016 y contaba con una plantilla de 135 trabajadores. En esta etapa fueron claves las alianzas para exportar a diversos países del continente americano.

Actualmente, la firma está en manos de la tercera generación, al fallecer Velarte Navarro en 2018 en un accidente de tráfico. La transformación ha seguido, marcada por la propia evolución de la sociedad, como es el caso de la introducción de la espelta entre los ingredientes de fabricación en 2015, una línea más saludable en 2019 o el certificado de producto Halal en 2020. En la última década, Velarte ha recibido numerosos premios en materia de innovación, calidad y transformación empresarial.