«La gente mayor que no pudo estudiar me ha enseñado mucho»

El veterano profesor y referente comarcal en la formación de personas adultas, Josep Veiga, deja la docencia profesional después de más de 40 años. El director de la EPA de Torrent vive sus últimos días antes de jubilarse y además ha podido despedirse de parte del alumnado participando en el viaje de fin de curso a Oporto. El proferos ha estado al frente del centro de Torrent de forma ininterrumpida desde 1999 aunque incluso antes ya ejerció puntualmente este cargo. En una etapa fue también concejal socialista de Cultura y líder de la oposición.

Su vocación de enseñanza se remonta a su infancia cuando observaba con tristeza como compañeros suyos tenían que dejar los estudios para ir a trabajar al campo o a otros ámbitos. «Lo viví siempre como una injusticia porque creo que todo el mundo tiene que tener acceso a todas las posibilidades que ofrece el sistema educativo y la educación ha de ser un instrumento de equidad», expresa.

Veiga acabó la carrera de Magisterio en 1979 aunque años después cursó Pedagogía y Geografía e Historia. Durante el servicio militar, que realizó en Canarias, ya comenzó la docencia para personas adultas. En 1981 fue maestro del programa de alfabetización de la Diputació de València, posteriormente asumido por la Conselleria de Educación. El primer centro donde trabajó fue el de Sedaví, donde estuvo cuatro años. Y en el primer curso lectivo que funcionó la EPA de Torrent, comenzó su trabajo allí. Por ella han pasado 30.000 personas.

En 1995 fue requerido por la Conselleria de Educación socialista, en la etapa de Joan Romero, para implementar en los pueblos la nueva ley de formación de personas adultas. «Se realizó un estudio muy serio de la situación de las infraestructuras en toda la Comunitat Valenciana, que sirvió para que muchos ayuntamientos las mejoraran, aunque aún se mantienen muchos centros en precarieo. Pero ese año, con la llegada del Partido Popular y Eduardo Zaplana a la Generalitat, se paralizó el proyecto. Y lamentablemente no se retomó en 2015 con el Botànic», lamenta.

La falta de un edificio bien dotado

De hecho, si bien se siente orgulloso de muchos de sus logros en Torrent, se marcha con la espinita clavada de no haber conseguido que un centro de esa envergadura tenga un gran edificio bien dotado. «Y me consta que el ayuntamiento lo ha intentado estos ocho años a través de Edificant, pero la conselleria ha dado prioridad a otras cosas, que también eran necesarias», analiza.

En su etapa en Torrent ha hecho de todo, desde alfabetización y preparación para el graduado, hasta la formación para preparar el acceso a la Universidad o a los ciclos formativos superiores, impartiendo las asignaturas de letras. «Seguramente he enseñado mucho pero yo he aprendido mucho más de la gente mayor, especialmente la que era iletrada, en terrenos como el emocional». 

Aunque el avance en educación que trajo la democracia en España es de proporciones gigantes, Veiga sigue reivindicando esa enseñanza que ofrece una segunda oportunidad, la destinada a las personas adultas. «El analfabetismo básico se ha reducido mucho pero aún hay mucho analfabetismo funcional, de personas que no saben intepretar un texto o rellenar una instancia, así como el analfabetismo digital. Y además está el derecho a seguir aprendiendo toda la vida», concluye.

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