Atrapados sin ascensor en Mislata

Los vecinos de un edificio en el que el ayuntamiento figura como propietario de la mitad de los viviendas denuncian que no se pueden instalar un ascensor debido al impago de las cuotas de la comunidad por parte del consistorio

Entre los residentes hay personas mayores de hasta 75 años y una mujer con un 40% de discapacidad

Fuentes municipales aclaran que ya se ha tramitado la orden de pago y aseguran que se espera que "en los próximos días" la comunidad reciba el dinero.

Atrapados sin ascensor en una finca de Mislata

Abraham Pérez

Abraham Pérez

Abraham Pérez

A sus 75 años, Antonio Corrales y su mujer, Ana, tienen que subir andando los cuatro pisos que separan su casa del portal cada vez que salen a la calle. Son 68 escalones que a cualquiera le costaría su esfuerzo y que a su avanzada edad suponen un mundo. Como ellos, sus vecinas del quinto piso, una mujer y su madre que además de tener que hacer un esfuerzo extra para escalar los 16 escalones que separan su rellano del de Antonio, arrastran problemas de salud.

Los achaques de Oksana, la vecina de Antonio, surgieron cuando a la mujer le operaron de tres hernias y le pusieron tres implantes en el cuello. Desde entonces la mujer tiene reconocida una discapacidad del 40%. Su madre, con 68 años, es diabética y apenas tiene visión en un ojo. Las mujeres señalan las dolencias que arrastran y que se están viendo agravadas por el sobreesfuerzo que supone tener que subir y bajar las escaleras "entre cinco y seis veces al día". 

"Nos tocará llamar a una grúa para que nos suban"

"Nos duele todo. Es que subir cinco pisos en mi estado es un suplicio", cuenta Oksana mientras hace el recuento de las veces que tiene que subir y bajar las escaleras cada día: "Depende del día, pero hay algunos que hasta siete veces. Llevo a mis hijos al colegio por la mañana y los recojo a mediodía. Por la tarde otra vez ir y venir. Y hay días que los tengo que llevar a alguna actividad extraescolar". La mujer cuenta que tanto a ella como a su madre les lleva "unos diez minutos" subir hasta su casa porque tienen que hacer un descanso a la mitad. "Subimos poco a poco y en el tercer piso hacemos un descansito porque estamos muy cansadas", narra.

Antonio y Okslana, dos de los vecinos del edificio, con la documentación del caso.

Antonio y Oksana, dos de los vecinos del edificio, con la documentación del caso. / A.Pérez

La cosa empeora cuando encima vienes cargado, añade Antonio, que recuerda que muchas veces el sacrificio es aún mayor "porque tienes que subir la compra o la bombona de butano. Nosotros intentamos bajar lo mínimo, pero es que bajar tenemos que bajar. No nos podemos quedar todo el día encerrados en casa", lamenta, y añade "de momento las piernas nos responden, pero el día que no respondan nos tocará llamar a una grúa para que nos suba y nos baje".

Sin préstamo por la morosidad

Para poner fin a este "calvario" los vecinos decidieron instalar un ascensor en el edificio. La medida se aprobó por mayoría absoluta en una junta de vecinos celebrada hace dos años y, tras recibir luz verde, el administrador de fincas que gestiona la comunidad solicitó el presupuesto para arrancar la obra, un documento que también recibió el visto bueno de los vecinos. Sin embargo, casi dos años después, el trámite se encuentra paralizado debido a un problema de morosidad por parte del Ayuntamiento de Mislata, propietario de cinco de las diez viviendas de este inmueble (es decir, el 50% de la comunidad). Y es que el consistorio acumula un impago de siete mensualidades del recibo de la comunidad, sumando una deuda con los vecinos que asciende a los 1.000 euros.

Así lo explica Antonio y lo corrobora el administrador de la finca, que señala que los residentes no pueden solicitar el préstamo para ejecutar el proyecto "porque la morosidad en la comunidad supera el 10%". Según explica, para que la entidad apruebe la concesión del dinero, los residentes tienen que estar al corriente de pago de los recibos comunidad, al menos el 90% de los propietarios. Sin embargo, al representar el consistorio al 50% de la comunidad y constar entre los morosos, no se cumplen los requisitos para que ninguna sucursal conceda el crédito.

Transferencia en camino

Desde el Ayuntamiento de Mislata aseguran que "ya está todo tramitado y ya se ha ejecutado la orden de pago de los 1.000 euros que faltan por abonar". En este sentido, fuentes municipales consultadas por este diario confían en que la comunidad reciba el dinero "en los próximos días". Asimismo, ratifican el compromiso del consistorio de "asumir la parte de la instalación que le corresponde", una derrama que en su caso ascendería a los 29.572 euros que le tocan, según el presupuesto que aprobó la comunidad, un documento al que ha tenido acceso este diario. Eso teniendo en cuenta el proyecto que se presentó en su día porque, según sospecha Antonio, "seguramente el presupuesto habrá subido sobre un 5 o un 10 por ciento teniendo en cuenta la inflación, por lo que seguro que ahora va a ser más caro y nos va a tocar pagar más dinero".

La madre de Oksana, con 68 años, tiene que subir andando cinco pisos.

La madre de Oksana, con 68 años, tiene que subir andando cinco pisos. / A.Pérez

El edificio en cuestión, ubicado en el número 61 de la calle San Antonio, era propiedad de una mujer, que tenía arrendadas todas las viviendas a familias, entre ellas, a Antonio y su mujer, que se mudaron al edificio hace medio siglo. Tras fallecer la propietaria, en 1997 los herederos decidieron vender las viviendas dando prioridad a los inquilinos, aunque solo cinco de ellos accedieron. El resto fueron adquiridas por el Ayuntamiento de Mislata con el objetivo de destinarlas a vivienda social.

"Yo pago mis impuestos cuando toca, que paguen ellos también"

"Nunca hemos tenido problemas con el ayuntamiento para que paguen la comunidad", dice Antonio, que apunta que los problemas comenzaron hace un par de años. "Ellos pagaban la comunidad cada trimestre. De repente empezaron a hacerlo cada seis meses. Pero es que ahora llevan sin pagar desde el mes de agosto. Y como siempre queda algo por deber no nos pueden poner el ascensor. Yo pago mis impuestos cuando toca y lo que estoy pidiendo es que ellos hagan lo mismo", expresa.

A este respecto, el consistorio aclara que el cambio en el plazo de pago se hizo "por decisión de la administración de la finca", aunque estos matizan que "el problema es que ellos plantean hacer el pago por el método de liquidación de gastos (se hace un fondo común y al final de cada trimestre se calcula el dinero que se ha gastado y a partir de ahí se calcula lo que tiene que abonar cada vecino), pero aquí no es el caso porque los vecinos aprueban un presupuesto anual y una cuota mensual para cubrir ese gasto. No obstante, si el ayuntamiento prefiere pagar de manera trimestral, que lo hagan", responden desde la administración de fincas.

Fachada del edificio del conflicto en Mislata.

Fachada del edificio del conflicto en Mislata. / A.Pérez