Gobierno de ultraderecha

Una marea humana inunda el centro de Buenos Aires en defensa de la universidad pública que Milei considera "centros de adoctrinamiento"

El carácter tan masivo de la protesta, de la que participaron no solo los docentes y estudiantes sino las autoridades de las casas de estudios, sindicatos, organizaciones sociales y de derechos humanos, descolocó a un Gobierno que no esperaba semejante torrente humano

Argentina afronta una gran movilización universitaria contra el Gobierno de Milei

Argentina afronta una gran movilización universitaria contra el Gobierno de Milei / EFE

Abel Gilbert

"Le tienen miedo al pensamiento crítico y lo llaman adoctrinamiento". "Libertad es educarse". "Con el fascismo no hay derechos". Miles y miles de argentinos desbordaron el centro de la ciudad de Buenos Aires. Atiborraron los trenes, buses y el metro para llegar al corazón de la marcha en defensa de la universidad pública que el presidente Javier Milei considera un centro de "lavado de cerebros" y por eso les ha podado el financiamiento al punto de poner en peligro su engranaje. Llegaron a pie, sosteniendo carteles, banderas. Exhibían un libro, casi una suerte de requisito para ser parte de la multitud que se movilizó entre el Congreso y la sede del Ejecutivo. El carácter tan masivo de la protesta, de la que participaron no solo los docentes y estudiantes sino las autoridades de las casas de estudios, sindicatos, organizaciones sociales y de derechos humanos, y se replicó en otras provincias, descolocó a un Gobierno que no esperaba semejante torrente humano. Un millón de personas ganó el espacio público en todo el territorio nacional, según diversos cálculos. La ministra de Seguridad, Patricia Bullruch, apenas contabilizó 35.000. De acuerdo con Ignacio Fidanza, columnista de 'La Política online', "Milei tuvo su primer derrota importante".

Se respiraba en las calles el aire de la bronca. Pero también había alegría e imaginación. "¿Voy a ser el primer ingeniero de mi familia?", se preguntaba un joven. "Te hicieron creer que la educación es una mierda para que no la defiendan cuando le saquen financiamiento", rezaba el cartel que un padre colgaba de su pecho. Su hija, en brazos, se aferraba a un ejemplar de Mafalda. "Ella y su autor, Quino, fueron a la escuela pública. Esta tarde estarían acá", dice a 'El Periódico', del grupo Prensa Ibérica. "Está movilización es un reaseguro de que no van a poder hacer lo que quieren", dice una docente de Ciencias Exactas, acompañada de un ejemplar de 'El hombre mediocre', un libro temprano de la sociología argentina, de José Ingenieros.

"No queremos más ajuste, no queremos represión", cantaron unos manifestantes, mientras se abrían paso. "Milei, basura, tú eres la dictadura", gritaron otros. Se trató de la cuarta marcha contra el anarco capitalista en cuatro meses de gestión. La primera la organizó el movimiento obrero, el pasado 24 de enero. El 8 de marzo le tocó a los colectivos feministas. Veinte días después se conmemoró el 48 aniversario del golpe militar. Los parados y los que piden comida frente al ministerio de Capital Humano se movilizan casi a diario. Lo de este martes, aseguraron diversos analistas, puede instituir un punto de inflexión político. En las vísperas, el ultraderechista se autocelebróó por haber logrado un superávit fiscal del 0,2% del PIB. Ese número, que calificó de "milagro" y "hazaña", es el resultado de un ajuste sin precedentes que no solo expulsó a miles de personas de sus trabajos, paralizó la obra pública, congeló pensiones y salari, sinono que pasó los dientes filosos de la "motosierra" por las universidades. El Gobierno aumentó su presupuesto un 70% en un país con una inflación anual cercana al 287%.

Angustia y preocupación

El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la más importante del país, Ricardo Gelpi, aseguró haber concurrido a la manifestación con una cuota de angustia que "nunca hubiera imaginado" y está relacionada con el hecho de que se ven obligados a reclamar el presupuesto que corresponde. Horas antes de que se iniciara la protesta, numerosos profesores de la facultad de Derecho expresaron su rechazo al ajuste en la educación superior. "Y son todos bastante liberales. Están por una reforma de la universidad, pero advierten que las cosas así no funcionan. Y empiezan a sospechar si detrás de esa estrategia fiscal no hay un prejuicio ideológico", señaló Carlos Pagni, columnista del diario 'La Nación'.

Milei ha logrado el milagro coyuntural de unir lo imposible, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el exalcalde capitalino y frustrado aspirante presidencial por la centroderecha, Horacio Rodríguez Larreta, quien hizo acto de presencia en la movilización. Fernández de Kirchner, en tanto, reivindicó que durante sus Gobiernos se crearon 16 universidades públicas. 

En Argentina existen 65 centros universitarios de gestión estatal que, señalan sus rectores, no podrán funcionar con el dinero asignado la segunda mitad del año. En sus aulas estudian 2.162.947 alumnos, contra 551.330 en instituciones privadas. La matrícula de inscripción ha crecido un 48% en los últimos 10 años. El 60% de la población universitaria es femenina. Un 33% del total ha elegido carreras vinculadas a las ciencias sociales. Argentina es el país latinoamericano que más estudiantes extranjeros recibe: 4,25% del total. El Gobierno quiere retirarles la gratuidad.

Documento de los manifestantes

Al cierre del acto frente a la sede de Gobierno, una dirigente de la Federación Universitaria Argentina (FUA) leyó un crítico documento suscrito también por docentes, autoridades y trabajadores. "Las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la producción y los lazos sociales", se recuerda. Sin embago, en marzo contaban con recursos exiguos equivalentes a los de 2022. "La educación es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar de la desigualdad. Defender esta concepción de la educación es de vital importancia y, más aún, en una universidad argentina en la que sus estudiantes se enfrentan al aumento generalizado de precios que impacta sobre salarios, servicios, alquiler y transporte, poniéndose en jaque el acceso, la permanencia y el egreso. Las y los estudiantes trabajan y cuidan sus familias". El texto deja entrever que se asoman días de conflicto. "No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad pública, gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y equidad. Somos la Universidad para el gran pueblo argentino. Por eso, lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por la educación que queremos, por el país que anhelamos".

Rechazo del Gobierno

"La discusión con las universidades está cerrada", sostuvo el portavoz presidencial, Manuel Adorni. Milei, en tanto, replicó compulsivamente en su cuenta de X mensajes de funcionarios o ultraderechistas contrarios a la movilización. "A gran parte de los que hoy se movilizan no les importa el presupuesto ni la educación pública, solo la fantasía antidemocrática de esmerilar políticamente a un gobierno no peronista", consignaba uno de ellos. El excandidato a alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Ramiro Marra, fue más escueto y asoció la jornada de protesta con el comunismo. "¿Alguna duda de que es una marcha política y no estudiantil?".