El Levante entra en un bucle preocupante

El empate contra el Zaragoza alarga el mal momento desde que llegó la derrota en Huesca

De Frutos y Bouldini se lamentan, el sábado pasado.  | J.M. LÓPEZ

De Frutos y Bouldini se lamentan, el sábado pasado. | J.M. LÓPEZ / pablo martínez-vilanova. valència

pablo martínez-vilanova. valència

No hubo fiesta final por la Copa el viernes en el Ciutat, sino todo lo contrario. El Levante cerró con un empate insuficiente un mes de marzo en el que su candidatura al ascenso directo se ha desinflado.

Todo empezó en Huesca. El equipo ya había alcanzado el segundo puesto tras una larga racha de partidos sin perder desde la llegada de Javi Calleja. Es la fecha la única derrota en los últimos 25 partidos ligueros, pero dio comienzo a una racha que ha debilitado a los granotas. Desde entonces dos empates a cero contra Albacete y Málaga, en ambos casos habiendo gozado de superioridades numéricas, una victoria por la mínima en Santander con un resultado mejor que las sensaciones y la igualada reciente contra el Zaragoza. Apenas seis puntos de quince, perdiendo terreno con Eibar y Granada y desaprovechando que Alavés y Las Palmas también están pasando apuros. En la clasificación de los últimos cinco partidos el equipo de Orriols cae a la zona media, habiendo tenido un calendario no demasiado duro. De hecho, la cuesta se empina en este mes de abril: Eibar, Mirandés, Las Palmas y Alavés son los cuatro próximos rivales. Llega, por tanto, el tramo definitivo.

Problema con el gol Si algo ha acusado el equipo son sus dificultades para marcar. En ningún momento se le han caído los goles al Levante, pero estaban siendo suficientes para estar arriba. En los últimos cinco duelos sólo Joni Montiel ha visto portería: una vez de falta y otra cazando un rechace.

Precisamente este tanto hacía presagiar una historia bien diferente a la que se vivió. El equipo de Calleja mandaba desde el inicio del partido y tuvo sus oportunidades para ampliar la ventaja. Sobre todo en un arranque fulgurante de segundo tiempo con el larguero de Soldado y la doble ocasión posterior de Joni. Ya con diez la tuvo Bouldini pero no optó por el disparo sino por un pase infructuoso. A la falta de acierto se sumó el paso atrás del equipo cuando sólo ganaba por uno. Salió caro.