Sí, la Granadella es otro mundo. El día es radiante. No hay ni una nube. Pero la cala de Xàbia y los acantilados que la rodean ofrecen desde este mediodía una imagen fantasmagórica. Se los ha tragado la bruma. Una lengua de niebla ha emergido del mar. El contraste térmico (la atmósfera está caliente y el mar más frío) ha provocado una fuerte condensación.

Los turistas, que hay unos cuantos dado que el fin de año está siendo inusualmente agradable y hasta cálido, se sorprendían. Bajaban en coche por la serpenteante carretera de la Granadella y el sol, de repente, se ocultaba. Entraban en esa densa niebla que ha salido del mar. El fenómeno tiene incluso historia. Esas brumas las aprovechaban los piratas para desembarcar, sigilosos, y saquear los pueblos del litoral.

La niebla ha "trepado" por los acantilados de la Granadella y Ambolo. Carlos López