La cima más alta de España está en... Pedreguer. Y no es que un pliegue tectónico haya elevado la montaña de la Sella o la sierra del Castell de la Solana. Es una cumbre tecnológica que se alcanza en las 14 habitaciones con cámara hipóxica del nuevo hotel Syncrosfera, donde el ciclista del momento, Tadej Pogacar, ha empezado a preparar una temporada en la que puede ganar su tercer Tour de Francia y su primera Vuelta a España.
Su equipo, el UAE Emirates, del que también forma parte el nuevo talento del ciclismo español, Juan Ayuso (se ha criado en Xàbia), reservó las 46 habitaciones de este modernísimo hotel de 4 estrellas superior. Los ciclistas estuvieron a sus anchas. Uno de los días, que amaneció lluvioso, incluso contemplaron un bellísimo doble arcoíris. Y ojo: el arcoíris tiene mucho simbolismo en el ciclismo.
Los deportistas de resistencia, sobre todo los ciclistas y maratonianos, suelen realizar concentraciones en altura. En Pedreguer, pueden dormir a 3.880 metros de altitud (el Teide, el techo de España, llega a los 3.715 metros) en las habitaciones con cámara hipóxica. Y luego salen a entrenar a nivel del mar y aprovechar el sol y las serpenteantes carreteras de montaña de la Marina Alta. Ahora están hospedados en este hotel los corredores de los equipos profesionales Groupama-FDJ y del Lotto Soudal, y pronto llegarán los del Alpecin-Fenix con su estrella, Mathieu Van der Poul.
Un hotel que quiere ser referente mundial
Juan Balerdi, director comercial del Syncrosfera, destaca que el hotel aspira a convertirse en un referente mundial en deporte y salud. La apertura parcial de este complejo, impulsado por el exciclista profesional Aleksandr Kolobnev, se produjo en agosto, pero no fue hasta el 15 de noviembre cuando las instalaciones comenzaron a funcionar al cien por cien. Y fue en el momento perfecto. Es cuando los grandes equipos ciclistas profesionales eligen la Marina Alta para las concentraciones de invierno.
El UAE Emirates convirtió el hotel en su cuartel general. Y luego han llegado más escuadras. «No hemos bajado del 80 % de ocupación. Estamos contentos», asegura Balerdi, que precisa que el hotel no es solo para ciclistas. También acuden aquí a prepararse jóvenes pilotos que aspiran a dar el salto a la fórmula uno.
«Además, estamos en contacto con equipos de fútbol. Y los atletas que antes hacían concentraciones en altura en Kenia o Gambia tienen aquí un lugar ideal para dormir en condiciones de altitud y preparar sus grandes retos».
Las habitaciones con cámara hipóxica son, sin duda, una gran novedad. Los deportistas entrenan mientras duermen a pierna suelta.
