Un “formigueig de versos” en el Poble Nou de Benitatxell

No son tan distintos los poetas de los entomólogos. Cazamariposas en ristre, Nabokov perseguía lepidópteros de tornasoladas alas. Machado se quedó embobado con las “raudas divertidas” moscas. Los vulgares dípteros zumban en un extraordinario poema. Carmelina Sánchez-Cutillas describió su comezón poética: “Tinc al meu cor un formigueig de versos”. El hormigueo, ese estremecimiento que es anhelo e inspiración, se le mete en el cuerpo a los poetas.

Empar Ferrer, reciente ganadora del certamen de poesía Cavall de Laguar, también va detrás de los “pequeños prodigios”. La poeta poblera desveló sus pulsiones creativas (ella es poeta del sentimiento, la fragilidad y la naturaleza) en una charla que ofreció el viernes en la biblioteca de su pueblo, el Poble Nou de Benitatxell. Se titulaba, cómo no, “tinc al cor un formigueig de versos”. La biblioteca estaba a rebosar de público. Hay ansia de poesía. Empar Ferrer recitó sus poemas. El hormigueo fue temblor compartido con los lectores. También habló de las escritoras con las que más se identifica, Carmelina, por supuesto, o las poetas de la Safor Maria Josep Escrivà y Àngels Gregori.

Acudieron otros poetas. Iván Brull participó en el recital. “Si escribes, que sea auténtico, que sea verdad”, reveló Empar Ferrer que le aconsejó el poeta de Silla.