La gran transformación de les Deveses de Dénia: dunas y 50 metros de playa ganados al mar

La regeneración, que todavía está en marcha, ha recuperado un litoral totalmente en regresión y en el que el mar se echaba encima de las casas

Imagen tomada desde la orilla de la playa. Las olas golpeaban antes de la regeneración las casas que ahora están a 50 metros del mar

Imagen tomada desde la orilla de la playa. Las olas golpeaban antes de la regeneración las casas que ahora están a 50 metros del mar / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Casi hay que frotarse los ojos. Quien no ha ido a la playa de les Deveses de Dénia desde el verano, cuando no quedaba ni un palmo de arena, no termina se creerse la gran transformación de este litoral. El mar se echaba encima de las casas. Los vecinos de primera línea, tras la devastación del temporal Gloria (destruyó viviendas), habían colocado ciclópeas piedras de escollera para tratar de evitar lo que parecía inevitable, que el mar se tragara esta costa. De ahí que exigieran una regeneración que, por fin, ha llegado. Y ha vuelto a surgir una playa inmensa y preciosa, una playa que todavía será más bella cuando empiece a brotar la vegetación costera de la dunas que los operarios estaban regando esta misma mañana.

La regeneración todavía está en marcha. El ministerio para la Transición Ecológica ha destinado 14,4 millones de euros. El pasado 20 de octubre llegó la draga que empezó a verter 650.000 metros cúbicos de arena. Los dos nuevos espigones y el que ya existía, ahora restaurado, frenan la regresión; evitan que el mar siga erosionando este litoral. Ha emergido una playa estable de un ancho de 50 metros. La duna está balizada con una valla. También se ordenarán ahora los accesos peatonales para los bañistas.

El pasado verano fue el último de la playa desaparecida. Un trocito de arena era un tesoro. Las olas golpeaban directamente contra el gran muro sobre el que están las casas con arcos de primera línea (antiguas viviendas de pescadores). La regeneración era vital. Los vecinos sabían por experiencia que si no se llevaba a cabo ese muro acabaría socavado y destruido. El temporal Gloria ya demostró lo expuesta que estaba la primera línea. Los daños fueron entonces terribles. El mar se metió con furia en las casas.