Los fuegos artificiales tras las campanadas provocan un incendio en el cabo de Sant Antoni de Xàbia

Las llamas se han declarado en terrenos que forman parte del parque natural del Montgó. Otro fuego se ha desatado en el Cap de la Nau

También se ha originado un minuto después de empezar el año un incendio en Calp

A la derecha, el resplandor de las llamas en el cabo de Sant Antoni de Xàbia

A la derecha, el resplandor de las llamas en el cabo de Sant Antoni de Xàbia / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Los fuegos artificiales que se disparan a discreción tras las campanadas tienen muy mala uva. La moda de la pirotecnia para dar la bienvenida al nuevo año ha provocado esta noche ya tres incendios. El primero, que ha comenzado justo un minuto después de iniciarse el 2024, se ha declarado en Calp y, de momento, no ha trascendido si es grave.

El segundo, que ha comenzado seis minutos después de entrar en el nuevo año, sí que es muy preocupante. Se ha declarado en el cabo de Sant Antoni de Xàbia, una zona que forma parte del parque natural del Montgó. Las llamas están cerca del mirador y del faro. Los bomberos, la Policía Local, Protección Civil y la Guardia Civil ya están en la zona. Sopla viento, pero, en principio, las llamas se podrán controlar y sofocar con rapidez.

Otro incendio se ha declarado, también por una carcasa pirotécnica, en una pinada del Cap de la Nau, cerca del desvío para bajar a la cala de la Granadella.

El alarde pirotécnico es hoy una temeridad. Las montañas están muy secas y hay un elevado riesgo de incendio. Se han disparado castillos aquí y allá, incluso junto a parques naturales y espesas pinadas. Es una moda que no se aviene bien con una situación climática de sequía y con masas forestales que sufren un fuerte estrés hídrico.

El año empieza en la Marina Alta con fuego.

Excepcional trabajo de Protección Civil

Los voluntarios de Protección Civil de Xàbia realizan una labor excepcional. En Nochevieja, había en Xàbia ocho voluntarios que estaban de retén. Se dejaron a sus familias y amigos cuando, justo después de las campanadas, comenzó el primer incendio, el del cabo de Sant Antoni. Estuvieron trabajando en la extinción hasta que llegaron los bomberos. Luego permanecieron en el lugar hasta las 3.30 horas de la madrugada. También acudieron a toda prisa al incendio del Cap de la Nau. Su labor es clave. La predisposición a estar de guardia en días de fiesta y la rapidez con la que llegan a los incendios han evitado más de un desastre natural.