Un gran vacío en la gastronomía de la Marina Alta

El cierre por jubilación de les Terrasses de la Torre de Gata de Gorgos, un clásico de cocina comarcal, revela uno de los grandes problemas de la hostelería: la falta de relevo generacional

El restaurante tenía una arquitectura típica y muy singular

El restaurante tenía una arquitectura típica y muy singular / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Indefinido no significa para siempre. El contestador automático del restaurante les Terrasses de la Torre alimenta la esperanza. “El restaurante permanecerá cerrado indefinidamente” se escucha al otro lado de la línea. Muchos clientes siguen llamando. Este singular restaurante, que abrió hace más de 40 años, funcionaba bien todo el año, pero era en Semana y Santa y Pascua cuando comenzaba el no parar, una temporada alta que no terminaba hasta bien entrado el otoño. Les Terrasses de la Torre cerró el pasado 28 de enero. Salvador, Isabel y Rubén se despidieron con un mensaje en facebook en el que confesaban que el adiós por jubilación les provocaba “sentimientos agridulces”. “Cerramos un capítulo maravilloso y lleno de recuerdos inolvidables. Desde hace más de 40 años, cada sonrisa, cada plato servido y cada momento compartido con vosotros ha sido un tesoro. Gracias por ser parte de nuestra historia”.

Han pasado dos meses. El vacío que ha dejado este restaurante de Gata de Gorgos, situado en la carretera que va a Llíber (recorre un paisaje de muros de “pedra seca”, viñas y pinadas), es enorme. Era, quizás, el establecimiento que mejor había mantenido la esencia de la cocina rural de la Marina Alta. Las cocas, “l’arròs al forn”, los embutidos, la ensalada “deconstruida” (platos separados de tomate, aceitunas, “llicsó”, “raïm de pastor” o rábano) representaban la gastronomía sencilla y sabrosa de la comarca. Ahora que en la Marina Alta hay tanta estrella Michelin y un puñado de restaurantes de cocina creativa, apetece volver al origen y a la cocina humilde, de horno de leña, riquísima y sin ínfulas.

Sencillez y producto de la tierra. La ensalada "deconstruida" era un plato muy especial

Sencillez y producto de la tierra. La ensalada "deconstruida" era un plato muy especial / Levante-EMV

Jubilación merecida, por supuesto. Tras más de cuatro décadas, esta familia se ha ganado el cielo. No obstante, este cierre revela uno de los grandes problemas de la gastronomía auténtica de la Marina Alta: la falta de relevo generacional. Los restaurantes familiares son únicos e irrepetibles. El carisma y la singularidad no se pueden replicar. Estos negocios se sustentan en más que trabajo. Sus fundadores les han dedicado una vida.

Igual que hay clientes que continúan llamando (se resisten a creer que Les Terrasses ha cerrado), también los hay que siguen las señales inconfundibles de la torre almenada. Estos restaurantes familiares también fueron pioneros en crearse una imagen muy reconocible. Esos clientes se desvían y entran en la pinada. Allí está esa construcción tan especial con varias terrazas y salones. La torre sobresale. En seguida se aprecia que el restaurante está cerrado. No hay ni rastro del trajín que era habitual en ese local de aire pelín laberíntico.

La torre que está en la parte alta del restaurante

La torre que está en la parte alta del restaurante / A. P. F.

En las sofocantes noches de verano, cenar en una de estas terrazas era un lujo (así están hoy los tiempos, lo sencillo es un lujo). Siempre soplaba la brisa. Los platos no tenían misterios. ¿O sí? A este paso la cocina más natural, las recetas de siempre y el sabor a tradición verdadera van camino de convertirse en misterio.

Morriña de la cocina auténtica

Se habla poco de los cierres de restaurantes. Las aperturas deslumbran y copan la atención. Pero en la pujante gastronomía de la Marina Alta también hay historias que acaban. El cierre de les Terrasses de la Torre no es uno más. Han pasado dos meses y surge la morriña de esa cocina familiar y auténtica. Morriña (nostalgia de la tierra natal, en este caso del sabor de siempre) es, quizás, la palabra que mejor expresa el vacío que ha dejado este restaurante.