Yvan, Susana, y las casi 60 familias del residencial Zarabanda de Sagunto no lo sabían. Pero son técnicamente "okupas". Y como tal un juez les ha dado un mes de plazo para desalojar sus casas y dejarlas "libres, vacuas y expéditas" para su verdadero dueño; la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). Entre estos "okupas" que se cuentan por más de 150 afectados hay muchos niños y niñas. Familias con menores que no saben qué va a ser de ellos el próximo 23 de junio, fin del plazo del juzgado.

La historia es común, pero con un giro final atípico. Európolis, la constructora del residencial, quebró y las casas pasaron a manos de la Sociedad Estatal en mayo de 2021 por 8.5 millones de euros. Durante un año los vecinos siguieron pagando su alquiler religiosamente con su contrato (creían ellos) en vigor. Hasta que el pasado 23 de mayo llegaron citaciones judiciales para las 60 familias, pero cada una con cinco minutos de diferencia. Empezaron a las 08:30 de la mañana.

El juzgado de primera instancia número dos de Sagunto había dictado su desalojo, sin posibilidad de recurso, ya que la constructora quebrada nunca sacó los contratos de alquiler a escritura pública. Así que nunca existieron legalmente y se declararon nulos. De ahí que se les considere como "okupas" en sus propias casas. "El juez nos dijo básicamente que éramos víctimas de una estafa y que era nuestra obligación en ese momento ir al registro de la propiedad a ver si se podía alquilar el piso o no", explica Yvan Bartelemi, uno de los afectados. La constructora cedió a su vez el alquiler a gestoras como RKS Real Estate, pero ninguna de estas llegó a sacar los contratos a escritura pública.

Vecinos del Puerto de Sagunto, de la calle Manuel Cárdenas Berbel, junto al hospital. A los que el Sabe les ha dado fecha para abandonar sus viviendas Daniel Tortajada

Los afectados aseguran que se enteraron de esta situación recientemente, y muchos vecinos intentaron regularizar su situación negociando un alquiler con la Sareb. "Ha habido varios que han mandado burofax, pero nunca contestan a nada", explica Yvan. También ha ocurrido lo mismo cada vez que los vecinos intentaban pedir información sobre su proceso; "Jamás se han puesto en contacto con nosotros. Llamas y te van pasando de un departamento a otro hasta que al final se corta la línea, no hay manera de que te atienda nadie. Pero si llamas diciendo que vas a entregar las llaves de la casa ahí sí que te atienden en seguida y te mandan el cerrajero a la mañana siguiente si hace falta", cuenta Bartelemi.

La situación ha provocado que algunos okupas conflictivos se instalen en el residencial aprovechando que algunos vecinos han dejado las viviendas. Como explica Alcolea "aunque algunos vecinos siguen pagando hoy a la gestora como muestra de buena fe, nuestros abogados nos dijeron que no hacía falta ni molestarse". Tampoco les permitieron consignar el dinero en el juzgado durante el proceso. En todo este tiempo los afectados denuncian que "no hemos recibido ninguna notificación de lo que podía pasar".

Pese a todo, los vecinos sí que están pagando todos los recibos de suministros que tienen domiciliados en las casas de las cuales, avisan, no tienen intención de irse al menos a medio plazo, pese al estado de ansiedad que les provoca la situación. "No nos vamos sencillamente porque no tenemos donde irnos", añade Alcolea.

"No me estoy cambiando de zapatillas"

El mercado inmobiliario en Sagunt (como en el resto de ciudades grandes) está muy tensionado. "Está todo carísimo. Encima ahora es época de verano y de turismo, pero de lo poco que hay tienes que pagar casi 1.000 euros de alquiler por un piso de cuatro habitaciones", explica un afectado. "Además, remarca, el mercado en la ciudad no es capaz de absorber toda esta demanda de golpe".

Los afectados denuncian que "solo vemos dos opciones: o que la Sareb tenga apalabrada la venta y esté esperando a sacarnos de ahí para traspasarlo porque ellos lo compraron, en teoría, vacío. Y la segunda es que nos quiera fuera porque nosotros pagamos un alquiler barato, y piensa en subir mucho más los alquileres hasta el precio de mercado. Nosotros pensamos que es la primera porque la Sareb necesita vender para recuperar capital", explican.

"La Sareb podría ser un poco más humana, porque no nos estamos cambiando de pantalón o de zapatillas, nos están pidiendo que encontremos un nuevo lugar para vivir, y eso no se encuentra en cuestión de un mes. Estamos intentando buscar vivienda pero eso no es tan fácil", denuncian los afectados.