La pelea por el bote de Pasapalabra está al rojo vivo. Rafa Castaño y Orestes Barbero, los dos concursantes que desde hace meses intentan hacerse con el millonario premio del programa se enfrentan cada tarde y hacen gala de su enorme sabiduría y control del lenguaje. Sin embargo, aún no es suficiente y ninguno de los dos ha podido todavía completar correctamente el rosco y llevarse el bote de Pasapalabra, que ya acumula 1.966.000 euros.

La lucha entre ambos concursantes está adquiriendo tonalidades titánicas puesto que ambos tienen ya a sus espaldas decenas de programas. En el caso de Orestes ya son más de 300 los concursos de Pasapalabra que ha vivido, mientras que Rafa también supera el centenar de programas. Todo un récord que, según parece, irá a más. Y es que tanto uno como otro son extremadamente buenos y están excepcionalmente bien preparados.

Nuevo récord de audiencia en Pasapalabra

Prueba de esa gran preparación es lo que sucedió en el programa de Pasapalabra emitido el 23 de diciembre, cuando Rafa y Orestes exhibieron todo su poderío y buen hacer y dejaron a la audiencia con la boca abierta ante el recital que ofrecieron. De hecho, el concurso consiguió convertirse en el espacio más visto del día con casi 2,6 millones de espectadores y, de nuevo, se hizo con el Minuto de Oro cerrando una semana que ya es una de las mejores del programa.

Orestes siguió su estrategia habitual y comenzó a responder del tirón. Su primer turno no fue excesivamente largo pero el segundo se convirtió casi casi en una vuelta al ruedo puesto que consiguió completar 18 palabras de un único tirón. Parecía que iba a hacer el rosco de una sola tacada y a dejar para la segunda vuelta la única palabra que había dejado sin responder: la F. Sin embargo, llegó el turno de la Z y el de burgos tuvo dudas y pidió Pasapalabra y, por tanto, cambio de turno.

Rafa Castaño, fiel a su estilo, siguió su estrategia habitual y sólo contestaba las definiciones de las que estaba seguro. Iba poco a poco: con pies de plomo porque quería evitar cometer un error que podría resultarle fatal.

Cuando el turno volvió de nuevo a Orestes Barbero, éste optó por arriesgarse. "En el anterior programa me quedé con 23 aciertos y no fueron 24 porque no quise jugármela, pero hoy tengo una palabra quemándome y voy a ver si acierto", explicó el burgalés. "Con la z: coloquialmente interjección que se usa en algunos juegos de naipes para negar la carta al compañero". "Zapatetas", fue su respuesta. Silencio... "Noooooo". Así que Orestes decidió plantarse con 23 aciertos, un error y una palabra sin responder.

De esta forma pasaba la presión a su rival, Rafa, que tenía que jugar contra sí mismo al dejar agotar el burgalés su tiempo. El sevillano sólo contaba en esos momentos con 9 aciertos y la remontada parecía imposible. Sin embargo, fue contestando una a una cada definición, tomándose su tiempo para pensar las que más dudas le generaban, arriesgando en ocasiones porque era la única forma de acercarse a los aciertos de Orestes y, al final... lo consiguió.

Orestes y Rafa, los concursantes de Pasapalabra, mantienen una lucha diaria por el bote.

Rafa se quedó también con 23 aciertos y dos palabras sin contestar, algo que le dio el triunfo porque él, a diferencia de su rival, no tenía ningún fallo en contra. Nadie lo habría dicho, nadie habría apostado por él segundos antes y, sin embargo, fue Rafa quien se embolsó el rosco ante el asombro de la audiencia, que pensaba que el recital de 18 aciertos seguidos que acababa de hacer Orestes iba a ser lo más extraordinario que viesen en Pasapalabra aquel día. Pues se equivocaron.