tribuna

¿Son los políticos actuales de la CV mejores que los de ayer o de mañana?

Javier Paniagua

Javier Paniagua

Es habitual oír que los políticos actuales tienen menos calidad o capacidad que los de los años 70-80-90 del siglo XX. Es una percepción de muchos que vivieron en aquellos años, sin más medidas objetivas que sus disonancias o afecciones, cuyos relatos ha penetrado también en generaciones más jóvenes. Está en relación con la desafección o indiferencia a la política como cauce institucional, y a sus agentes se les atribuye estar motivados por su propio interés, como una manera de llegar a fin de mes. Esa sensación viene acompañada por una literatura ensayística que destaca la crisis de la democracia en los países con partidos políticos y elecciones libres, lo que resulta una redundancia: ¿a quién se elige en unas elecciones no libres? Pero desde Trump, Putin o Bolsonaro el sistema democrático ha quedado reducido al significado único defendido por ellos, cuestionando el resultado electoral y provocando una división de bloques sociales irreconciliables. Aun así, el sistema ha funcionado, por ahora, y en EE UU y Brasil han tenido que abandonar el poder, aunque sin dejar de exacerbar a su público con la esperanza de recuperarlo (Vid. A. Applebaum El ocaso de la democracia, 2021; J. Rancière El odio a la democracia, 2013; J. Brennan Contra la democracia, 2018). Es la imposición de un movimiento de despotismo populista, aventado en parte por unas elites insatisfechas con los resultados que provocan determinadas políticas. Ya a Fernando de los Ríos, en su visita al Moscú bolchevique de 1920, comisionado por el PSOE para analizar la posibilidad de incorporarse a la III Internacional, en su entrevista con Lenin este le espetó: «¿Libertad, para qué?».

En la Comunitat Valenciana, ¿son mejores o peores Ximo Puig, Carlos Mazón, Sandra Gómez, Joan Ribó, Joan Baldoví, María José Catalá, Vicent Soler, Ruth Merino, que Joan Lerma, Eduardo Zaplana, Ciprià Ciscar, Rita Barberá, Alejandro Font de Mora, Carmen Alborch, Jesús Lassaleta, Clementina Rodenas, Antonio Asunción, Ignacio Quirós o Antonio Tirado? Muchos ya vienen del siglo pasado y continúan en el XXI por lo que los ciudadanos tendrán opiniones diversas sobre sus capacidades políticas o personales, de ellos y de otros. Y es que si traducimos la historia del Homo Sapiens a una hora de reloj veríamos que el Paleolítico, -Inferior y Superior-, llega a la menos 10’, el Neolítico a menos 5’, la Revolución Industrial a menos 1’ y la Edad Contemporánea (siglos XIX, XX y XXI) a menos 2 segundos. Y no sabemos si por nuestras acciones o por elementos naturales terminaremos como los dinosaurios o poblaremos las galaxias, como lo hicimos con América. Nuestro tiempo individual es corto en relación con la dinámica histórica de la Humanidad. ¿Cómo los arqueólogos, dentro de 30 siglos, podrán deducir que en el siglo XX hubo dos bloques políticos irreconciliables, los países de economía libre de mercado y los de economía planificada? Tal vez por los tapones de Coca-Cola de antes de 1989 dispersos en los estratos territoriales.

Una de las características, poco señaladas en la CV, es la igualdad de tiempos de mandatos del gobierno de la Generalitat entre el centroizquierda y el centroderecha, con coaliciones en los gobiernos o apoyos en las Corts en determinadas legislaturas. El PSPV-PSOE ha presidido la Generalitat entre 1983-1995, y 2015-2023, mientras que el PP entre 1995 y 2015. Un total de 20 años cada uno. Diferente al resto de las 16 autonomías y las dos ciudades autónomas, donde ha predominado en la mayoría de los periodos nacionalistas, PP o PSOE en coalición con otros partidos nacionales o regionales, o en solitario. A pesar de las crisis, las diferencias sociales, las carencias de muchas familias, esta Comunitat ha tenido una trayectoria de crecimiento creciente desde el siglo XIX. En los años sesenta despegó una industrialización en diversos sectores (muebles, juguetes, textil, cerámica, calzado, turismo, construcción…) y una tradición agropecuaria exportadora (cítricos, vid, frutícola, pesca…). Un empresariado autónomo que supo conquistar mercados internacionales, junto a pymes competitivas. Mis amigos economistas me dirán, quizás, que la estructura económica es hoy diferente, y existe un cierto estancamiento agrícola e industrial con déficits de puestos de trabajo para jóvenes o mayores de 50 años, y una débil adaptación a las nuevas tendencias de los mercados.

Sin embargo, no se puede infravalorar el capital humano que reside en la CV, o fuera. Las universidades valencianas, públicas y privadas, tienen investigadores en física, bioquímica, economía, biomedicina, ingeniería, lingüística, historia…, con buenos índices en rankings internacionales. Y será ya difícil que personajes como Santiago Grisolía vendan hasta los 99 años espejitos como los de Colón a los indígenas. Existen empresarios autóctonos en la alimentación y otros sectores que pueden revertir la situación con las nuevas tecnologías junto a la inversión del capital foráneo (Vid Plan estratégico de la industria valenciana 2018-2023 dirigido por José Hervás en la Universidad Politécnica) El futuro es impredecible, y no sabemos si Lim continuará con la propiedad del Valencia CF pero existen hábitos y valores de convivencia democrática que permiten la libertad de columnas y publicaciones sin censura (salvo casos puntuales) se esté o no de acuerdo con ellas.

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