Opinión | tribuna

La enseñanza del francés o un viaje a través de la francofonía

Quién no ha tarareado canciones de Charles Aznavour, Édith Piaf, Angèle o Soolking? ¿Quién no ha leído a Victor Hugo, viajado con Jules Verne? No faltan las referencias culturales que nos transportan al apasionante mundo de la francofonía.

Sin embargo, la realidad del profesorado de francés presenta numerosas trabas. El director de cine, Étienne Chatiliez, titulaba uno de sus films La vie est un long fleuve tranquille (La vida es un largo río tranquilo), pero este no es el caso de los profesores de francés. Nuestro título sería L’Épreuve, película dirigida por Olivier Schatzky, que explora las pruebas a las que se enfrentan los protagonistas.

En el día a día de la enseñanza del francés, nos encontramos con una serie de trabas. Desde la falta de recursos adecuados hasta la necesidad de adaptarnos a las diferentes realidades y contextos de nuestros estudiantes, leyes educativas perjudiciales. Sin embargo, a pesar de las dificultades, seguimos adelante con pasión y dedicación. Porque sabemos que enseñar francés va más allá de impartir lecciones gramaticales o vocabulario; se trata de abrir puertas a nuevas culturas, ampliar horizontes y fomentar el entendimiento intercultural. Aunque nuestra labor como profesores/as de francés pueda ser una verdadera «épreuve», también es una fuente constante de inspiración y satisfacción.

Desde una mirada más amplia, la globalización ha desencadenado una transformación en la educación, los mercados y la dinámica mundial. En este escenario de constante cambio, se requiere de una preparación cada vez más rigurosa. El dominio de varios idiomas adicionales al nativo se posiciona como un pilar fundamental para destacar y avanzar en el ámbito profesional. Sin embargo, desde el ámbito de la enseñanza del francés, las administraciones y las diferentes leyes educativas no han remado en este sentido.

Tendencias lingüísticas globales, el francés como lengua de conexión y prestigio.

Alrededor 270 millones de personas hablan francés en todo el mundo. Se extiende por 29 países como lengua oficial, la mayoría de los cuales forman parte de la comunidad de países de habla francesa conocida como francofonía. Por otra parte, está reconocida como oficial en numerosas organizaciones internacionales, incluidas la ONU), la OTAN y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Todos los motivos expuestos son convincentes argumentos para que la enseñanza del francés se convierta en una prioridad en el sistema educativo. Sin embargo, paradójicamente, esto no se refleja en la prácticaobstáculos en la integración del francés en el sistema educativo.

A pesar de la importancia y los beneficios evidentes de aprender un segundo idioma, las administraciones nacionales y locales tienden a relegar el estudio de este idioma como optativo. ¿Por qué esta falta de consideración hacia el aprendizaje de un segundo idioma? Mientras tanto, en otros países como Francia e Italia o CA, se considera obligatorio aprender un segundo idioma. Esta situación hace que en el mercado laboral no seamos competitivos en comparación con nuestros pares europeos.

En nuestros centros públicos, las asignaturas de segundo idioma se ven relegadas a un grupo de asignaturas optativas. Cada año, estas asignaturas compiten entre sí para asegurarse tener suficientes alumnos que justifiquen su impartición. Esto conlleva, en el mejor de los casos, a un aumento fluctuante de horas dedicadas a optativas y de la viabilidad de la asignatura, dependiendo de las decisiones de las autoridades educativas. Esa precariedad también se ve influenciada por los equipos directivos de cada centro, quienes determinan si el francés recibe importancia o no en su centro, e incluso deciden si un/a alumno/a puede o no acceder a las clases de francés, a pesar de necesitarlo o pedirlo. Esto crea una situación de inestabilidad para la asignatura y el profesorado que la imparte. La transformación radical de esta situación debería concretarse mediante la inclusión del estudio del francés y de otras lenguas extranjeras, comúnmente denominadas Segundas Lenguas Extranjeras, como asignaturas obligatorias.

En medio de este panorama, destacan iniciativas como la creación de La Base Culture, que ofrece oportunidades culturales que nos sumergen en el mundo de la francofonía. Además, la Asociación de Profesores de Francés (APFVAL) está trabajando arduamente para revitalizar el aprendizaje del francés en los centros educativos

Las trabas administrativas, el avance de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial están lejos de reemplazar la creatividad, la intuición y la pasión con las que los profesores de francés impartimos nuestras clases. Seguimos luchando para que nuestro idioma sea reconocido como se merece, con dedicación y compromiso.