Bugarra: algarrobos y naranjos en el Turia

El agua es un recurso natural presente en este término de la Serranía con regadío histórico y moderno, paisaje fluvial, antiguos molinos hidráulicos y playa fluvial

Pueblo de Bugarra.

Pueblo de Bugarra. / Ghaleb Fansa

Jorge Hermosilla

Jorge Hermosilla

En el tramo del río Turia entre Gestalgar y Pedralba se halla este municipio de La Serranía valenciana. De origen musulmán, Jaime I hizo donación a Berenguer d´Entença (Baronía de Pedralba). Su término tiene una superficie de unos 40 km2 y su densidad demográfica es de 19 hab./km2. Limita con los términos de Llíria (Norte), Cheste (Sur), Pedralba (Este) y Chulilla y Gestalgar (Oeste).

Como recogía Cavanilles a finales del siglo XVIII se trata de un término “montuoso”, en donde apenas hallamos sectores llanos: el Hondo, en el norte; el Llano, en el centro; y el sector del valle del Turia. En este tramo se localizan varias terrazas aluviales, localización de la huerta tradicional bugarreña.

Las principales alturas no sobrepasan los 600 msnm, como el Alto de Roger (568 msnm), Bastos (576 m) y Aliagar (504 m). El carácter abrupto del territorio ha dado lugar a cierto protagonismo de la superficie forestal, más del 50%, principalmente pino blanco, que ha sido afectado por varios incendios en las últimas décadas.

En la Serranía. Bugarra es un municipio localizado junto al río Turia, en un territorio de transición con la comarca vecina del Camp de Túria. Su término es montano, con diversidad de relieves: montañas, valles, barrancos.

La geología del término ha permitido la aparición tradicional de recursos geológicos en forma de canteras: calizas y caolín, principalmente.

El agua ha constituido un recurso natural de especial relevancia para Bugarra. El regadío histórico ocupó unas 60 hectáreas. Se levantaron varios molinos harineros (En medio, Duque y Garrido), que dieron lugar posteriormente a la producción eléctrica (La Fabriqueta). A mediados del siglo XX los artilugios hidráulicos quedaron inactivos, cuando vendieron sus derechos de agua a la Hidroeléctrica La Valenciana, adquirida posteriormente por Hidroeléctrica Española.

Pasarela sobre el río Turia y central hidráulica.

Pasarela sobre el río Turia y central hidráulica. / Ghaleb Fansa

Éxodo rural y despoblación en Bugarra

La población de Bugarra inicia su decrecimiento a partir de 1910. A mediados del siglo XVII tenía unos 90 habitantes; unos 600 a finales del siglo XVIII; y 1.300 a finales del XIX. En 1900 había 1.404 habitantes, y diez años más tarde, 1.579 bugarreños.

La evolución durante el siglo XX ha sido una continua pérdida, excepto en la década de los cuarenta, caracterizada por cierta recuperación, que coincidió con los años inmediatos a la contienda civil.

En 1920 había 1.479 habitantes y 1.251 en 1940. En 1950 se alcanzaron los 1.324 habitantes. Desde entonces, el retroceso ha sido prácticamente continuado. En 1970 Bugarra tenía menos de 1.000 habitantes, 970. En 1990, 884; en 2010, 850. En la actualidad viven 747 bugarreños (2022).

La mitad de la población es de Bugarra, un tercio valenciana, y alrededor del 15% inmigrante, concretamente de Europa del Este (más del 40%), británicos y sudamericanos.

Bugarra, como otros municipios de la Serranía, sufre el éxodo rural a partir de 1910. Llíria y en particular València y su área metropolitana fueron el destino de los emigrantes. El volumen de bugarreños hoy representa el 50% de los vecinos de entonces.

La población está envejecida. Los jóvenes menores de 20 años representan alrededor del 10% de la población total, mientras que los mayores de 65 años, alrededor del 30%. El saldo vegetativo, la diferencia entre nacimientos y defunciones, es manifiestamente negativo: en los últimos 10 años ha habido 51 y 122, respectivamente.

Calle de Bugarra.

Calle de Bugarra. / Ghaleb Fansa

Una agricultura, a caballo entre regadío y secano

La agricultura bugarreña ocupa unas 1.000 hectáreas, que se distribuyen entre el regadío, con unas 700 hectáreas, y el secano, con otras 300. Se ha ido reduciendo la superficie cultivada en las últimas décadas, pues en los años noventa del siglo pasado se cultivaban unas 1.400 hectáreas.

Los cítricos protagonizan las parcelas irrigadas de su término, pues se extienden por unas 620 ha (el naranjo, unas 400 ha). Otros cultivos son el aguacate (30 ha), los frutales de hueso (40 ha), o el caqui (8 ha). Fue fundamental la actuación de transformación del secano en regadío mediante el Canal de Benagéber en la partida de El Campillo, así como en La Marjuela, a través de sondeos del Garroferal.

El regadío tradicional se extiende por los márgenes del río Turia, concretamente siguiendo las acequias del Lugar (margen izquierda, mediante un azud en término de Gestalgar), y las Suertes y las Ramblas (margen derecha).

Azud de Bugarra.

Azud de Bugarra. / Ghaleb Fansa

El algarrobo es el cultivo predominante en el secano. Más de 230 hectáreas se cultivan, cuya producción se dirige a la propia industria garrofera del entorno. Además, hay olivos (45 ha) y almendros (35 ha).

Hallamos dos cooperativas agrícolas, la de San Isidro (1950), especializada en cultivos de secano; y la del Bajo Turia (1982), que trata productos de regadío. Y una destacada empresa troceadora de algarroba.

Un patrimonio cultural diverso

El pueblo se dispone en la margen izquierda del río Turia, allí donde finalizan las terrazas fluviales utilizadas tradicionalmente por el regadío tradicional. Su trama urbana se halla delimitada por la carretera CV-377 (Pedralba a Gestalgar), por el norte, y el cauce del río Turia y algunas parcelas de la huerta tradicional, por el sur.

El pueblo se estructura en torno a la Plaza Mayor y el callejero de su entorno urbano: calles Horno, Iglesia, Ancha, Liria o Caballeros. Predomina en el resto de la trama urbana una disposición ortogonal del callejero, en donde destacan las calles Larga, Gestalgar, Rincón y Buenos Aires; y las calles Colladico, San Francisco, Balsa, Liria y Barranquillo.

Central hidroeléctrica y pasarela en el Turia.

Central hidroeléctrica y pasarela en el Turia. / Ghaleb Fansa

La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista destaca por su estilo austero, y de fábrica sencilla. El estado de conservación de las torres es bueno, y la mayor parte del muro está enlucido; y el ladrillo es visible en algunas molduras. Fue construida en el siglo XVII y reformada durante el siglo XX. En su interior se mantiene una reproducción de un retablo en madera del escultor Vergara. Es BRL, Bien de Relevancia Local.

Destaca además la Casa del señor feudal, construida durante el siglo XVI, conocida como “La Torre”, pues en aquel tiempo sobresalía entre las viviendas del entorno.

El agua es un recurso natural presente en el término de Bugarra: regadío histórico y moderno, paisaje fluvial, geomorfología cárstica, antiguos molinos hidráulicos y central hidroeléctrica, playa fluvial, senderismo tematizado.

En el término se hallan varios indicios de la ocupación del territorio a lo largo de los períodos: poblados del Bronce en el Castillejo, la Loma de la Tía Solda o el Pico del Águila; yacimientos ibéricos en La Marjuela, el Corral de la Hoya o La Hortezuela; las villas romanas de la Mezquita y los Villaricos; y la Torre medieval de los Villaricos.

Fuente de la Hortezuela.

Fuente de la Hortezuela. / Ghaleb Fansa

Un patrimonio condicionado por el agua

El paisaje fluvial en torno al río Turia constituye un gran atractivo para los visitantes, por la biodiversidad que recoge, su playa fluvial, y elementos antrópicos que aparecen integrados en él: pasarela, central hidroeléctrica, azud, antiguos molinos, y por supuesto, las terrazas en graderío.

El paisaje kárstico constituye otro factor diferenciador. Es habitual la presencia de cavidades, cuevas y simas. Destacan la Cueva Colomera con una boca de 56m por 44m., la Cueva Meriguel (antiguo santuario de íberos y romanos); la Cueva del Vízcaino, la Cueva de la Higuera, y La Parzanera.

De la misma manera son abundantes las fuentes, una manifestación más del paisaje cárstico. Sobresale por sus propiedades medicinales la Fuente de La Hortezuela; además, hallamos las fuentes del Pino, La Marjuela y de las Viñas.

Iglesia San Juan Bautista.

Iglesia San Juan Bautista. / Ghaleb Fansa

Unas rutas para conocer el término

Una interesante red de caminos diseñados por el término de Bugarra facilitan al visitante comprender la diversidad de paisajes que configura su término municipal.

-Ruta del Coto Escolar. Un recorrido circular de unos 4,5 km, de apenas 24 metros de desnivel, que se realiza en apenas una hora, que discurre por el tramo del río Turia junto al pueblo, por la margen izquierda del río. Vistas excelentes de la playa fluvial, algunas terrazas y el paraje del Rincón.

-Ruta de La Loma de La Pinada. Recorrido circular de dos horas, con una distancia de 6 km, y unos 300 m. de desnivel. Cierta dificultad. Transcurre por el sector suroccidental del pueblo, al “otro lado” del río, por la Loma. Predominan los paisajes de bosque.

-Ruta de Las Cuevas y Alto del Aliagar. Recorrido circular, de unos 12 km de distancia y unos 750 m de desnivel. Cierta dificultad. Durante unas 5 horas de marcha se puede apreciar varios parajes de gran valor paisajístico, como la Cueva Vizcaino, el mirador de la Loma de la Pinada, la Cueva-sima Colomera

-Ruta de la Peña Roya. Itinerario circular desde Bugarra, que rodea el relieve de la Peña Roya (332 msnm), al norte del pueblo. Tiene unos 6 km y 260 m de desnivel. Durante dos horas de recorrido el visitante visita la Fuente de la Hortezuela y un excelente mirador del río Turia.

Distribución de elementos patrimoniales de Bugarra.

Distribución de elementos patrimoniales de Bugarra. / Estepa