Un pintor se encerrará 30 horas en el calabozo de Alzira para «crear arte»

Permanecerá incomunicado y sólo dispondrá de material de dibujo y productos de subsistencia

En la fachada de la derecha, abajo, los ventanucos del antiguo calabozo del consistorio.

En la fachada de la derecha, abajo, los ventanucos del antiguo calabozo del consistorio. / VICENT M PASTOR

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

El pintor de Silla Salva Ríos se encerrará, la próxima semana, durante treinta horas en un calabozo de la casa consistorial de Alzira en un curioso ejercicio de creación artística y reivindicación. La iniciativa, promovida por la Asociación Phoenix, pretende reivindicar las penurias que sufre el sector cultural desde la pandemia. 

Bajo el nombre «Celdart», esta actividad artística se realizará a partir del próximo jueves, 27 de abril, a las 16:00 horas. Y está previsto que el pintor abandone su encierro el viernes, alrededor de las nueve de la noche. «Un tiempo más que suficiente como para llamar la atención de la gente, pero no tanto como para generarle traumas», explica Josep Francés, pintor alzireño que preside la Asociación Phoenix, de la que Ríos es vocal.

El artista se introducirá en la celda de un antiguo calabozo de la casa consistorial de Alzira. Su único contacto con el mundo exterior será un ventanuco que da a la plaza Cassasús. Le acompañarán material para pintar y productos de subsistencia básicos. Nada más. «No tendrá ni teléfono móvil, ni reloj. Estará aislado de todo el mundo. La idea no es otra que incomunicar al artista para que, paradójicamente, se comunique con los demás», asevera Francés. Eso sí, «cualquiera podrá acercarse a la plaza, se programarán algunas actividades, y también se transmitirá en directo para quien quiera verlo», añade.

Mayor visibilidad

El artista alzireño defiende esta iniciativa como una manera de conectar con un público que ha ido a menos. «El colectivo de artistas está en una situación muy delicada. La pandemia nos ha afectado mucho. Desde la cuarentena, la gente prefiere vivir al aire libre. Ir a la playa, la montaña o estar en una terraza tomando algo es algo que se hace infinitamente más que ir a los museos o exposiciones. Antes, si alguien te veía pintar en la calle se paraba a mirar y te hablaba, ahora eso ya no pasa. Así que tenemos que hacer cosas diferentes si queremos llegar al público. ¿Quién sabe?, quizás encerrado tenga mas visibilidad que en la calle», concluye.