Pacientes alzireños ya esperan un mes para ser atendidos por el médico de cabecera

El Departamento de Salud de la Ribera reconoce la dificultad de cubrir vacantes, pero defiende que el promedio medio de demora se sitúa entre seis y siete días

Los sindicatos alertan del «tapón» que se genera consecuentemente en Urgencias

Una paciente frente al mostrador de un centro de salud de Alzira, en una imagen de archivo.

Una paciente frente al mostrador de un centro de salud de Alzira, en una imagen de archivo. / Vicent M. Pastor

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Laia coge el teléfono y llama a su centro de salud, en Alzira, para requerir una cita con su médico de cabecera porque no ha podido completar el trámite mediante la aplicación móvil, que ni siquiera le daba la opción. La respuesta que recibe es que el facultativo «tiene la agenda completa todo el mes de mayo» y que, en el mejor de los supuestos, le puede atender de forma telemática el día 29. La otra opción que le propone es acudir a Urgencias. Un ejemplo verídico que resultará familiar a más de un vecino de la comarca. La sanidad pública se atasca. Los sindicatos, desconfiados, ya temen que se trate de una maniobra sibilina para beneficiar a las empresas del sector o, incluso, favorecer el regreso al modelo de gestión privada que imperó durante casi dos décadas. Fuentes sanitarias, en cambio, sostienen que la demora media en la Ribera es similar a la del resto de la Comunitat Valenciana (entre seis y siete días) e inferior al promedio nacional y que, a lo sumo, se pueden producir esperas más largas en «situaciones muy puntuales».

Dos problemas subyacen en un asunto tan delicado como es la atención médica de la población. Por un lado, la falta de personal cualificado en determinadas especialidades, como en este caso lo es la Medicina Familiar. «Es cierto que el centro Alzira II está por encima de la demora media», reconocen las mismas fuentes, que prosiguen: «Existe una vacante que obliga a redistribuir sus 1.600 pacientes, ya que por mucho que se intente cubrir, no hay médicos. Se mantiene una búsqueda activa, pero la carencia responde a una situación generalizada».

Mayor plantilla

Por otro, está una problemática laboral que nunca cesa en la comarca. «La Conselleria de Sanidad no autoriza los módulos de productividad ni un plan de choque, tampoco aumenta la plantilla, los trabajadores se cansan de hacer horas extra que no siempre se cobran y el resultado final es que cada vez hay menos personal dispuesto a ello y aumentan las listas de espera. Si no se hace nada, esto solo puede empeorar», advierten fuentes del sindicato UGT en la Ribera.

El centro de salud Alzira II presenta una demora media superior.

El centro de salud Alzira II presenta una demora media superior. / Agustí Perales Iborra

Portavoces del Departamento de Salud de la Ribera insisten, igualmente, en que la orden que se ha dado al personal sanitario es la de redistribuir las nuevas peticiones «hacia aquellos médicos con una menor demora» para garantizar la asistencia. Sin embargo, siempre hay quien emplaza a los pacientes a acudir a Urgencias, lo que traslada un problema hacia otras áreas. «La asistencia no demorable siempre se atiende al día», subrayan las mismas fuentes. «Las Urgencias están para recibir casos urgentes, como su nombre indica. Los pacientes que necesitan pruebas o atención de su médico nunca deberían ser derivados porque lo que se consigue es un tapón que afecta a la Atención Primaria, a las especialidades y a Urgencias», replica la central sindical.

Desprestigiar el sector público

Entre los sindicatos, que precisamente ayer se manifestaron en València contra los recortes en materia sanitaria del gobierno autonómico, este problema genera no pocas suspicacias. Se ve, de hecho, como una estrategia para desprestigiar el sistema público y devolver a la vida el «modelo Alzira». «Aumentan las listas de espera y, como es normal, la ciudadanía se cansa de no ser atendida como se merece. Parece que busquen que los pacientes se vayan a la sanidad privada o que quieran que regrese la antigua gestión», señalan fuentes consultadas del sindicato UGT.

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