El restaurante CamiVell de Alzira renueva su mención y suma casi una década en la Guía Michelin

El restaurante CamiVell de Alzira ha renovado por noveno año consecutivo su presencia en la Guía Michelin. Desde que recibió por primera vez el premio Bib Gourmand en 2014, reconocimiento a la buena relación calidad-precio, el distintivo no ha abandonado a los hermanos que dirigen el negocio. La tasca es un restaurante familiar inaugurado en 1984 por Antonio López como bocatería. Hasta que sus hijos, criados entre sus cocinas, decidieron estudiar la profesión y trabajar por toda España en restaurantes de prestigio. 

Cuando Toni López, ahora al frente de la sala, e Iván, al mando de la cocina, regresaron a la capital de la Ribera Alta, implantaron todo sus nuevos conocimientos en la cocina de su padre. El restaurante de Alzira sufrió un cambio de visión y una reforma que hizo posible lo que hoy es CamiVell Restaurant: «Un lugar donde el cliente se siente en su casa, donde admirar la decoración típica valenciana, con cerámica y techos pintados a mano con motivos tradicionales y con la cocina abierta». 

Toni López asegura que para recibir este reconocimiento «hay que hacer las cosas bien». El cocinero señala que su toque distintivo es «el cariño al cliente, ofrecemos un plato que de normal no se puede encontrar e intentamos que disfrute y se olvide de todo». «Procuramos crear un recuerdo bonito, para nosotros también es importante y disfrutamos haciéndolo», expresa con orgullo. El alzireño explica que el proceso de selección de la Guía Michelin consiste en un elaborado proceso anónimo y una continua visita de inspectores, «no se puede comprar ni buscar».

Este año la noticia de la Guía Michelin les llegó con una carta, pero su mayor reconocimiento es la oleada de reservas recibidas desde que compartieron la noticia, hace dos días. «Refresca la memoria a los clientes de que estamos aquí», confiesa López y agradece «la gran cantidad de felicitaciones, llamadas y mensajes recibidos».