El Torretxó de Alzira encadena tres décadas de batalla judicial urbanística

El conflicto que se inició con las expropiaciones para construir un polideportivo sigue abierto y en época reciente se suman nuevos frentes

Terrenos del Torretxó detrás del nuevo retén policial.

Terrenos del Torretxó detrás del nuevo retén policial. / Levante-EMV

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

La relación del Ayuntamiento de Alzira con el barrio del Torretxó está repleta de turbulencias. Los pleitos urbanísticos se han convertido en una constante que se repite durante más de tres décadas. Hecho que evidencia un conflicto entre la planificación municipal y los intereses particulares de vecinos y empresas: desde las expropiaciones para construir un polideportivo que nunca se edificó hasta la más reciente demanda por el incumplimiento de plazos administrativos en la licitación previa al desarrollo de la prometida promoción de viviendas bioclimáticas.

El embrollo judicial se remonta a finales de 1993, cuando el gobierno encabezado por Pedro Grande propuso la creación de una ciudad deportiva al aire libre sobre unos terrenos situados en el área que más tarde se denominaría ‘zona baja Torretxó’ y posteriormente ‘sector PRR-11 el Torretxó’. Un espacio de más de ciento veinte mil metros cuadrados (ampliado posteriormente hasta los ciento ochenta y tres mil) cuya calificación desató un conflicto que hoy sigue vivo.

Sentencia del TSJ

El ayuntamiento planteó la necesidad de ocupar los terrenos mediante una expropiación conjunta y los propietarios afectados instaron a la Justicia por ello al considerar que el consistorio había recalificado las parcelas como suelo no urbanizable, a pesar de que tanto el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad de 1978 como el posterior de 1985 reconocían el Torretxó como suelo urbano, «con el objetivo de crear una vía barata de obtención de terrenos y pagar menos por ellos».

Fue en 1999 cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana sentenció al consistorio. Los jueces decretaron la nulidad del acuerdo municipal mediante el cual se aprobaba la delimitación del Torretxó de 1994. Dos años más tarde, una nueva sentencia consideró que, una vez se había «anulado el instrumento de planeamiento urbanístico», también decaía «la validez del propio procedimiento expropiatorio y todo su contenido». 

De proyecto estrella a quebradero de cabeza

Sin embargo, el paso de los años no remedió el conflicto y algunos de los propietarios de los terrenos del Terretxó mantuvieron abierta la vía judicial al no ser restituida la titularidad de las tierras. Algunos la recuperaron, pero no la posesión. Otros abandonaron la vía judicial. Esta situación generó no pocas tensiones cuando, por ejemplo, el consistorio cedió una parcela para la construcción de la iglesia Sagrada Familia o, en una época más reciente, con motivo de la edificación del nuevo retén policial. 

Plano de Alzira, con el barrio del Torretxó destacado.

Plano de Alzira, con el barrio del Torretxó destacado. / Levante-EMV

Lo cierto es que, treinta años después, las heridas abiertas de aquella gestión urbanística todavía, a día de hoy, no se han cerrado.

El Ayuntamiento de Alzira veía en el desarrollo del barrio bioclimático planteado por el proyecto ganador del concurso Europan 16 una solución a muchos problemas. Representaba el modelo de vivienda sostenible que promulga el gobierno municipal, permitiría compensar económica a los expropiados una vez se hubiese edificado, habilitaría un nuevo (y necesario) acceso al hospital, integraría los barrios del Torretxó y l’Alquerieta en el entramado urbano... Pero las repentinas dudas sobre el llamado a ser el proyecto estrella del ejecutivo frenaron, incluso, el procedimiento de licitación iniciado por vía de urgencia para lograr un agente urbanizador. Con la consiguiente demanda presentada por el único aspirante ante el silencio administrativo.

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