La compra del viejo molino permitirá ampliar la capacidad de desagüe del barranco que inunda Alzira

La descatalogación del edificio abre la puerta al derribo, aunque se deberá conservar la chimenea

La presencia de un inmueble protegido condicionaba los estudios para reducir la amenaza del Casella

Una perspectiva del Molí de Montagud y, a sus pies, el barranco de la Casella.

Una perspectiva del Molí de Montagud y, a sus pies, el barranco de la Casella. / Perales Iborra

El Ayuntamiento de Alzira descatalogará el Molí de Montagud, un antiguo molino arrocero que linda con el barranco de la Casella y contribuye al cuello de botella que se genera en el Pont de Xàtiva, con el objetivo de derribar el edificio y poner los terrenos a disposición de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y del proyecto de encauzamiento del barranco de la Casella para ampliar su capacidad de desagüe y evitar inundaciones, que el organismo de cuenta se dispone a ejecutar.

El equipo de gobierno elevará este miércoles al pleno una propuesta de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para iniciar el expediente de descatalogación del edificio debido a su mal estado y a que las edificaciones existentes, fruto de sucesivas modificaciones, «no responden al molino original». La propuesta señala que se deberá conservar la chimenea de ladrillo cerámico, de la que solo se puede ver desde el exterior el tramo más elevado, y estudiar su declaración como Bien de Relevancia Local para garantizar su conservación.

Detalle de la chimenea y de una de las cubiertas hundidas.

Detalle de la chimenea y de una de las cubiertas hundidas. / Perales Iborra

Catálogo de bienes y espacios protegidos

La presencia del Molí de Montagud, un edificio que forma parte del catálogo de bienes y espacios protegidos del PGOU, ha condicionado siempre los proyectos de ampliación del barranco de la Casella, actualmente la principal amenaza para la ciudad. De hecho, el proyecto que se dispone a ejecutar la CHJ prevé una ampliación del cauce, aunque mínima, por la orilla derecha y rebajar la cota del lecho para garantizar una mayor capacidad de desagüe.

El alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, ha explicado que la familia propietaria del molino planteó la posibilidad «de facilitar la venta» y la CHJ vio con buenos ojos la propuesta, no tanto para dar mayor amplitud al cauce -«aunque se puede intentar», apostilla el alcalde-, como por la posibilidad de abaratar costes en la actuación diseñada. Domínguez señala que, salvo la chimenea, el resto de la nave se podría derribar sin dificultad «porque no tiene un valor excesivo» para generar un espacio ajardinadoque se integre en lel proyecto de encauzamiento.

Tres naves y una casa producto de sucesivas reformas y ampliaciones

La construcción conocida como Molí de Montagud cuenta con tres naves y una vivienda producto de las sucesivas reformas y ampliaciones hasta el punto que, debido a las continuas inundaciones, se desistió del modelo hidráulico para pasar a una máquina de vapor que se instaló en los pisos superiores de la nave en la que se encuentra la chimenea.

Los técnicos advierten de que del molino original apenas queda nada a la vista. En la medida que el molino se encontraba activo se fueron ampliando las naves para almacenar el producto elaborado y, a su vez, eliminando elementos innecesarios como la balsa que hacia mover la maquinaria del molino original, un espacio sobre el que se construyó la vivienda. El conjunto se ha ido degradando de forma progresiva y se han hundido las cubiertas de varias naves. La descatalogación tras años de abandono abre la puerta a la demolición. Pascual Fandos Alzira