Después de muchos días consecutivos de lluvia, con el pertinente hastío por parte de la ciudadanía, el temporal parece que ha quedado definitivamente atrás. Esa satisfacción se ve empañada, sin embargo, por la dramática situación que, una vez más, ha dejado a su paso por la playa de Tavernes de la Valldigna.
El azote imparable de las olas durante estos días ha provocado una imagen dantesca pero, sobre todo, ha hecho crecer la preocupación y enfado entre los representantes públicos. Porque hasta ahora, el mar se tragaba la arena, causando daño al turismo. Pero el hecho de tener espacio o no para poner la sombrilla queda en anécdota cuando el peligro ya ronda a los edificios de la primera línea y esto sí que ya precisa de una actuación urgente por parte del Ministerio de Transición Ecológica.
En la playa de la Goleta, al norte del litoral vallero, ya había un edificio afectado, el Camí Real y ahora este temporal ha provocado daños muy importantes en otro. La urbanización en concreto, ubicada en la calle Sol, cerca de las pistas deportivas y próxima a la otra finca que ya resultó afectada en noviembre, ha visto cómo ni siquiera una escollera de piedras que instaló el año pasado, precisamente para evitar este tipo de situaciones, ha sido suficiente para parar la acción del mar.
El golpeo de las olas, ha provocado que los cimientos del muro exterior hayan cedido, lo que ha supuesto la caída de la valla que separa las terrazas de la playa.
Puntos críticos en Tavernes
El otro punto crítico se encuentra en el tramo ubicado entre los edificios Santana y San Pablo, en la avenida Blasco Ibáñez. Si el pasado sábado este periódico publicaba el escalón de casi dos metros que había provocado el mar al tragarse la arena, ayer, tres días después, el agua habia avanzado varios metros más, llevándose con él toda la arena. Eso ha provocado que los muros que protegen los cimientos de los edificios de primera línea hayan quedado al aire, con el peligro que ello conlleva. Los accesos de las fincas a la playa han desaparecido y, a cambio, ha quedado un escalón que ahora es de de casi tres metros. Algunas escaleras daban acceso a la arena han quedado suspendidas en el aire y la vegetación de los márgenes ha perdido su sustento.
Con esta situación, mucho debería correr costas para que Tavernes pudiera salvar su temporada de playa de Semana Santa.
El alcalde, Sergi González, reconocía a Levante-EMV que la única solución ahora mismo pasa «por que Costas acepte la declaración de situación de emergencia, ya que eso permite realizar contratos rápidos»y solo de esa forma se podría reparar la situación.
González señaló que ayer estuvo «realizando movimientos» para trata de encontrar una solución a la desesperada y espera que esta dramática situación suponga «un punto de inflexión» para que Costas ponga solución porque «si no, no sé qué pasará en el próximo temporal», indicaba.
La portavoz del PP, Eva Palomares, criticaba, por su parte, que el mar «se está engullendo nuestra playa y el Gobierno de Sánchez está impasible ante esta catástrofe». La edila recordaba que su partido ha promovido iniciativas en todas las cámaras estatales y autonómicas, sin que haya llegado ninguna inversión y lamentaba que « las casas de personas que viven en la playa están en riesgo de derrumbe si no se actúa, el Turismo de nuestra playa peligra y el tiempo corre en contra con inexistencia de presupuesto en los presupuestos generales del Estado
