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La piscina interminable en Tavernes

A la década abandono de la instalación por parte de la empresa que inició los trabajos se suman los problemas que que ahora, durante la finalización, se han encontrado los operarios y retrasan su finalización

La piscina de Tavernes de la Valldigna está siendo sometida a obras Levante-EMV

La de la piscina cubierta va camino de convertirse en la "obra del Escorial de Tavernes" por los años que los vecinos y las vecinas llevan esperándola. Fue en 2011 cuando la empresa a la que el entonces Gobierno local del PP adjudicó la obra y la posterior gestión se marchó porque no podía pagar el final de los trabajos. Era la época de la crisis económica, en la que hubo muchos casos como este de obras paralizadas. En junio de ese año se producía un vuelco en el ayuntamiento. El nuevo equipo ejecutivo, entonces formado por Compromís, PSPV y EUPV empezó a realizar gestiones para poder encontrar una solución para el edificio.

Los primeros pasos pasaron por intentar que la empresa se refinanciara y contara con liquidez para poder afrontar los trabajos finales (en el momento del abandono estaba acabada al 95%). Pero todos los intentos fueron infructuosos, por lo que, finalmente, el ayuntamiento decidió rescatar la concesión. No fue una tramitación fácil a nivel administrativo pero, además, la empresa tampoco facilitó las cosas y recurrió el proceso judicialmente.

La justicia acabó dándole la razón al consistorio, que finalmente logró recuperar el control de la piscina. Habían pasado muchos años y ese tiempo había hecho mella en el edificio. El abandono, el vandalismo y las deficiencias que provocaban goteras y humedades provocaron cientos de miles de euros en daños, lo que obligó al ayuntamiento a invertir casi 800.000 euros en la obra.

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Así avanzan las obras de la piscina de Tavernes

Tras largos trámites, un interminable periodo de redacción del proyecto, adjudicación de la obra, etc, a principios de este año arrancaban las obras de finalización de la instalación, que además se vio alargado por la tardanza en aprobar el plan de seguridad. Pero el edificio aún guardaba sorpresas, y es que muchos de los elementos ya instalados y que se pretendía reutilizar estaban estropeados u obsoletos, lo que ha provocado una ralentización de la obra que está retrasando su finalización y que, además, probablemente llevará al ayuntamiento a tener que invertir más dinero.

En todo caso, la administración local confía en que los trabajos finalicen aún este año y que durante la primera mitad del próximo pueda abrir.

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