El primer niño que nació en el hospital de Gandia

Santi Semper, vecino de Castelló de Rugat, cumple el próximo 1 de septiembre 50 años, como el centro sanitario

El acontecimiento se convirtió en una fiesta: "Hasta el trabajador del bar se esperó para verme nacer"

El primer niño que nació en el hospital de Gandia, Santi Semper

El primer niño que nació en el hospital de Gandia, Santi Semper / Levante-EMV

Santi Semper Bataller, vecino de Castelló de Rugat, se define como una persona «normal» y «de a pie», como muchas otras. Sin embargo son pocas, muy pocas, las que pueden presumir de haber vivido un momento tan curioso como el que atesora, aunque, eso sí, es del todo imposible que él se acuerde.

Nació un 1 de septiembre de 1973, el mismo día en que abría sus puertas el hospital de Gandia. Ambos, Santi y el centro sanitario, cumplen en apenas unos días medio siglo de vida. Fue el primer niño que vino al mundo en el centro pero no la primera persona, porque solo unas horas antes que él había nacido una niña, que el centro no ha podido localizar.

Lo que este transportista de profesión sabe de aquel día se lo ha contado su madre, Pilar Bataller Montaner, que en aquel entonces tenía 26 años.

Estos días, al conocer la noticia de que la dirección del centro ha preparado una serie de actividades para celebrar esa efeméride, la mujer, ahora con 76 años, ha recordado cómo fue aquel día y se lo ha contado a Santi.

Entonces, el edificio se encontraba ubicado en el paseo de les Germanies de Gandia pero aún no estaba considerado hospital, sino que era una residencia. 

Santi Semper, a los pocos días de nacer

Santi Semper, a los pocos días de nacer / Levante-EMV

Santi Semper cuenta que «nací a las 22.30 y me asistieron las dos comadronas y un doctor que mi madre recuerda que le llamaban ‘Pillín’». «Llegamos nosotros y no había nadie, solo la niña que había nacido antes», cuenta. «Pillamos a las dos matronas porque justo era el cambio de turno y la que salía se esperó porque quería verme nacer», narra.

En el nuevo servicio era todo un acontecimiento la llegada de un retoño y más cuando justo ese día había empezado a operar para ofrecer atención médica tanto a los 31 municipios de la comarca de la Safor como a los diez de la Vall d’Albaida, de ahí que él, pese a vivir entones en Ràfol de Salem, acudiera a esa residencia a nacer.

El trabajador de la cafetería, esperó

Una de las notas curiosas fue que «entre las pocas personas que había estaba el trabajador de la pequeña cafetería que había entonces, quien también se quiso esperar a que naciera para ver si era niño o niña». Y es que, como antes había venido al mundo una pequeña, cuando la madre de Santi llegó los profesionales empezaron a hacer apuestas de si llegaría «la parejita», como explica el primer chico que nació en el centro.

Su nacimiento fue una fiesta. Cuenta que «vinieron responsables médicos de València, estuvo la prensa y nos dieron una canastilla con artículos de bebé de todo tipo». Señala que «estábamos esperando el alta para poder irnos ya a casa pero no nos la daban porque estaban esperando a que vinera el periódico para cubrir la noticia».

Eso sí, eran otros tiempo, y, a diferencia de lo que ocurre actualmente, su padre, que también se llama Santiago como él, no pudo asistir al parto ni, por tanto, verle en el momento en el que salió del vientre de su madre.

Si hubiera sido hoy, seguro que tendría centenares de fotos del momento que su familia habría sacado con el teléfono móvil y, probablemente, su historia ya estaría colgada en alguna red social. Lamentablemente, eran otros tiempo y no dispone de ninguna imagen del momento, pero sí de unos días después cuando ya regresó a casa.