El exedil de Alfafar y su mujer que tenían un contrato para "educar esclavas sexuales", condenados a 16 y 14 años de cárcel

La pareja está condenada por un delito continuado de abusos sexuales sobre su hija de acogida cuando esta tenía entre 14 y 17 años de edad

Juzgan a un exconcejal de Alfafar y a su mujer por abusos a una menor que tenían acogida

Levante-EMV

Marina Falcó

Marina Falcó

"No podía hacer que una niña pasara por eso". Y entonces el cerebro de la menor hizo 'click' y se decidió a denunciar. Era el 5 de julio de 2019 y esta joven acudió a la Guardia Civil para destapar los tres años de abusos sexuales que había padecido a manos de sus padres de acogida. Aquellos que se supone, le iban a proporcionar la estabilidad y las oportunidades que no podría tener con su familia biológica. Sin embargo eso no fue así y cayó en manos de Joan Salvador S. H., exconcejal de Compromís en Alfafar, y su mujer María Carmen E. C., quienes sometieron a la pequeña a perturbadoras prácticas de índole sexual y a un férreo control de sus acciones y relaciones desde que esta tenía 14 años y que se prolongó hasta los 17. Fue en el momento en el que tuvo conocimiento de que la pareja tenía la intención de adoptar a una niña más pequeña cuando estalló y sacó a la luz lo que estaba ocurriendo en esa casa.

Por estos tres años de abusos sexuales continuados a una menor de 16 años y otros delitos, como el de corrupción de menores, tenencia de pornografía infantil y el de descubrimiento de secretos, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 16 años y siete meses de cárcel a Joan Salvador S. H. como autor y a su esposa, María Carmen E. C. a 14 años y siete meses como cooperadora necesaria de las agresiones.

Además, a la pareja se le ha impuesto una orden de alejamiento sobre la joven y deben pagarle en concepto de indemnización la cantidad de 30.000 euros.

Dormir con el matrimonio y presenciar sexo con extraños

La adolescente de 14 años por entonces fue sometida a abusos de todo tipo. La sentencia de la Audiencia Provincial a la que ha tenido acceso Levante-EMV señala que durante los primeros meses de acogimiento la menor tuvo que compartir la cama de matrimonio con los condenados puesto que "no tenía acondicionado un cuarto propio para ella". En ese tiempo, la pareja no tenía reparos en mantener relaciones sexuales entre ellos estando la niña en la misma cama.

Pasados cuatro meses desde que la menor llegó al domicilio, la pareja obligó a situarse entre ellos en la cama y la invitaron a participar en sus juegos sexuales. Tanto es así que mientras María Carmen E. C. ("a la que la menor consideraba ya como una madre" dice la sentencia) la cogía de la mano diciéndole que no se preocupara que lo iba a pasar bien, el acusado, Joan Salvador S. H., empezó a agredirla sexualmente mediante tocamientos llegando a introducirle dedos en la vagina. La adolescente opuso resistencia y evitó que llegase a otro tipo de acceso carnal.

Otra de las prácticas a las que sometieron a la víctima, que ahora tiene 22 años, era la de que el condenado se encargaba de depilar las partes íntimas de la muchacha cuando esta lo necesitaba (le escondían las cuchillas para que ella no pudiera hacerlo) y aprovechando la ocasión, de nuevo le llegó a introducir los dedos.

La pareja que iba habitualmente desnuda por la casa -se definían como naturistas- llevaron a la niña a una playa nudista e hicieron que presenciara cómo la acusada mantenía sexo con tres desconocidos, indicándole Joan Salvador que "eso es lo que tenía que hacer ella".

Sobarle los pechos mientras el hombre le aplicaba un medicamento de uso tópico cuando estaba enferma y quitarle el móvil para robarle las fotos íntimas que la joven se hacía y que negaba a entregarles a la pareja, son otros de los abusos que se han declarado probados.

Pornografía infantil por "un trabajo de investigación"

Seis meses de cárcel es lo que les ha impuesto la magistrada a ambos por tenencia de material de pornografía infantil. A raíz de la denuncia de la joven, se produjo un registro en la casa de los acusados y se intervinieron dos ordenadores portátiles y numerosos CDs y DVDs. En estos aparatos se encontraron fotos de la menor desnuda y otras en las que tanto la niña como la condenada estaban en lencería y el acusado desnudo, estas imágenes se tomaron, al parecer, en una ocasión que llevaron a la chica a un hotel con jacuzzi en la que la fotografiaron vistiendo la ropa interior sexy que el padre de acogida había comprado. La víctima llegó a normalizar situaciones como esta y la convivencia con los acusados "interfirieron en su desarrollo sexual".

Además de estas imágenes, aparecieron otras fotos de menores desnudas, siendo ellos conscientes de la escasa edad de las chicas. Tal como publicó este periódico, durante el juicio el acusado trató de justificar el material pedófilo hallado en su ordenador alegando que durante los años 90 hizo un trabajo periodístico de investigación sobre la pornografía infantil y que acumuló muchas imágenes porque tenía un programa para «bajarse fotos de golpe y no ir de una en una», dijo al ser preguntado por el fiscal durante el juicio, puesto que se negó a responder a las cuestiones de la acusación particular ejercida por el letrado José Alcázar.

Un contrato para "criar futuros esclavos sexuales"

Uno de los documentos que se hallaron entre los archivos digitales intervenidos por el Equipo de Investigaciones Tecnológicas de la Guardia Civil se encontraba un contrato de sumisión entre la pareja que incluía un apartado llamado "Las diez leyes de una esclava" cuya segunda enmienda rezaba: "declaro mi voluntad de ser usada para parir, criar y educar futuros esclavos y esclavas sexuales quedando a disposición para cuando mi Dueño decida sobre este asunto".

Ante este revelador documento, el acusado solo pudo que tachar de "pura literatura" el contenido del mismo.