Burro, hacen falta más burros

En  «Burro» Carlos Hipólito reivindica «la honestidad y la inocencia» de los animales para llegar a la conclusión de que «hacen falta más burros». La obra se puede ver hasta el domingo en el teatro Olympia

Carlos Hipólito protagoniza Burro

Carlos Hipólito protagoniza Burro / Ay Teatro

Amparo Barbeta

Amparo Barbeta

En el patio de una ciudad llamada Tell es-Sàfi, ahora conocida como Gath en Israel, se descubrieron los restos de un burro y un bozal; de ello se dedujo que hace al menos cuatro mil años que el hombre está en estrecho contacto con este animal.Al parecer, los domaban entonces con una especie de bozal. Desde entonces y pasando por el Asno de oro de Apuleyo, la entrada de Jesús a Jerusalén o el emblema del Partido Demócrata de los Estados Unidos, los burros han estado al lado de los hombres. Siempre maltratados, vilipendiados y acusados de ‘burros’, claro, como no podía ser de otra manera», relata Yayo Cáceres, director de Burro, la obra que estos días se representa en el teatro Olympia . «Pero burro -remarca  el director del monólogo protagonizado por Carlos Hipólito- es uno de los animales más valientes e inteligentes que existen. Cuidan los rebaños enfrentándose a los lobos o cruzan cordilleras cargados hasta arriba de la mano de Napoleón o San Martín». E insiste: « Estos animales, también han inspirado canciones maravillosas, leyendas e infinidad de historias. Estos animales entrañables que un día se extinguieron en América y estuvieron a puntoen Europa, son en casi todo diferentes a lo que la creencia popular ha hecho de ellos». Hoy ya casi no los vemos  y existen asociaciones que los protegen de la crueldad humana. .

Burro se representa en el Olympia

Burro se representa en el Olympia / Ay Teatro

Burro , la pieza teatral de Ay teatro, es la historia de un burro atado a una estaca en sus últimos momentos, un burro que ha vivido siglos y ha visto y sabe todo lo que se ha escrito y cantado sobre el. Entonces habla, cuenta y canta y su sombra le atiende y contesta y así pasan sus bucólicos días cargados de sabiduría y dolor. 

En Burro, una obra que explora y analiza la presencia y el papel de los animales a través de la literatura con textos de Apuleyo, Miguel de Cervantes, Juan Ramón Jiménez o Charles Perrault, Carlos Hipólito reivindica «la honestidad y la inocencia» de los animales para llegar a la conclusión que «hacen falta más burros».

«El burro es un animal inocente, bueno, y bastante más sabio de lo que nos creemos; no entiendo porque se asimila burro a lo torpe y al insulto», señala Hipólito. Por ello, por esa connotación negativa que tiene la palabra ‘burro’, esta obra también tiene una parte de «lamento», y es que el actor considera «injusto» el trato que reciben estos équidos. «Desde el punto de vista personal, si consideramos al burro como lo consideramos nosotros, hacen muchísima falta, pero si los consideramos como torpes, nos sobran en todos los estamentos», bromea Hipólito.

El actor, además, valora «el privilegio» que para él supone tener la oportunidad de interpretar este monólogo, una «joya» que, aunque compleja -reconoce la dificultad de llevarlo a escena, pues «el burro que cuenta esta historia es un humano detrás»-, es sumamente satisfactoria.

Carlos Hipólito protagoniza Burro

Carlos Hipólito protagoniza Burro / Ay Teatro

Hipólito, sobre el escenario, no estará solo. Si bien interpreta a todas las encarnaciones de los asnos, está acompañado por los actores y músicos Fran García e Iballa Rodríguez y el guitarrista Manuel Lavandera, en una obra que no es un musical pero en el que las melodías tienen un papel fundamental. Sobre este apartado, Yayo Cáceres explica que ha hecho un recorrido por el folclore de la misma manera que «hay burros desperdigados por todo el mundo y que forman parte de distintas comunidades». Así, hay tarantelas, valses, tangos y un dejo flamenco. «Hay una especie de viaje con las armonías del folclore que se sostiene con melodías muy cantables», subraya el director.

Mientras, Álvaro Tato, encargado de las letras, explica que los textos clásicos están relacionados con la música, de modo que la letra de un canto goliardo se escucha «en clave de tango» o una fábula de Esopo «como una tarantela». En este sentido, el dramaturgo asegura que Burro es «un canto de amor a los animales» y que, a través de la figura del asno, «el working class de los animales», se permite hablar de los seres humanos.