Esencia de 1987

El Valencia de Baraja inspira los valores de colectividad, juventud y gente de la casa que protagonizó la generación del regreso a Primera, con la sustancial diferencia de la estructura societaria del club y los valores de Arturo Tuzón y Peter Lim

Arias, Subirats, Giner, Bossio, Fernando, Sempere, Arroyo, Alcañiz, Quique, Fenoll y Revert posan en el partido del ascenso de 1987.

Arias, Subirats, Giner, Bossio, Fernando, Sempere, Arroyo, Alcañiz, Quique, Fenoll y Revert posan en el partido del ascenso de 1987. / José Aleixandre

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Entre 1987 y 2024 han pasado 37 años. Son dos épocas distintas, dos sociedades con pocas similitudes y un fútbol, como negocio, radicalmente diferente. Sociedades anónimas, aperturismo global desde la Ley Bosman, distinto consumo del ocio y una forma de relacionarse y de juzgar revolucionada con las redes sociales. Entre dos mundos, sin embargo, una imagen llamativamente parecida. La de un Valencia rescatado por jugadores jóvenes, canteranos y valencianos. La generación juvenil dirigida por Rubén Baraja participa de un renacimiento, salvando las distancias, muy parecido al del equipo de la casa que hizo reverdecer al Valencia tras el descenso a Segunda en 1986 y el retorno a la élite solo una temporada después, en mayo de 1987. Los Javi Guerra, Mosquera, Diego López, Fran Pérez y Alberto Marí llevan camino de reeditar el milagro de los Fernando, Giner, Fenoll, Voro y Revert. Hay

Existen, sin embargo, diferencias abismales en las dos reconstrucciones. Una, que el año pasado se pudo evitar en la última jornada el descenso. La otra, más poderosa, que mientras que en los años 80 la resurrección del Valencia se llevó a cabo desde la austeridad y el sentido de pertenencia de la directiva de Arturo Tuzón, con una generación de futbolistas que permaneció durante una década en el club y le hizo volver a Europa, los “niños de Baraja” han sido una apuesta de autor del entrenador vallisoletano ante la inacción del máximo accionista Peter Lim para reforzar un equipo debilitado desde 2019. A diferencia del bloque que permaneció unido desde el descenso hasta devolver al Valencia a Europa, en el Valencia actual la cantera se ha convertido también en un motor económico de un proyecto en constante transformación.

Tanto el equipo dirigido por Alfredo Di Stefano en la 86-87, como el construido por el Pipo Baraja en la actualidad, destacan por su fuerza colectiva y su entusiasmo juvenil. Uno de sus protagonistas, Quique Sánchez Flores, actual entrenador del Sevilla, reflexionaba así en Levante-EMV en 2017, en el 30 aniversario del regreso a Primera, sobre aquel conjunto: «La primera imagen que me viene a la mente es muy grupal. Recuerdo aquel año en términos de convivencia, de crecimiento, de juventud. Éramos un equipo muy nuevo, con mucha gente joven, con las pinceladas en la dirección de gente adulta como Arias, Sempere, Subirats... que de alguna forma nos marcaban el estilo. Recuerdo mucha juventud». En efecto, el actual equipo, con la media de edad más joven de toda la categoría, se apoya también en el liderazgo de futbolistas veteranos que no han dejado el equipo y que conocieron la última etapa gloriosa anterior.

El partido Valencia - Celta, en imágenes

Pepelu celebra un gol / JM López

Igual que Arias y Subirats conquistaron la Copa, Recopa y Supercopa (este último trofeo también ganado por Sempere), los Gayà, Jaume y Paulista sobreviven a la victoria en la Copa del Rey de 2019 y, de algún modo, dotan de equilibrio al bloque joven. Futbolistas como Quique y Arroyo, sin ser canteranos, pero fichados en edad juvenil, fueron partícipes de la recuperación colectiva en un grado aproximado que se podría comparar con la de otro madrileño plenamente integrado e identificado con el club, como Hugo Duro.

Las mismas edades

Las edades de los integrantes de aquel Valencia se parecen mucho a las del Valencia ochentero. Los 21 años de Quique, los 22 de Giner, los 21 de Fernando y Alcañiz, los 23 de Voro, los 20 de Arroyo y los 22 de Fenoll, tienen su correspondencia con los 19 de Cristhian Mosquera, los 20 de Javi Guerra, Jesús Vázquez y Hugo González, los 21 de Fran Pérez y Diego López y los 22 de Alberto Marí. La media se rebaja, incluso más, conlos minutos de calidad que ya han gozado Yarek Gasiorowski (18 años) y David Otorbi (16). Una juventud también acentuada por las pocas incorporaciones habidas desde 2019, como Giorgi Mamardshvili (23), Thierry (24) y Pepelu (25). El sentimiento local se ha remarcado con el fichaje de Sergi Canós, entre los veteranos pese a su juventud (26).

El factor Di Stéfano y Baraja

El conocimiento del club de los entrenadores de 1987 y 2024 es otro factor a considerar. En los años 80, Di Stefano cumplía su tercer ciclo en el banquillo valencianista, desde la Liga de 1971. Baraja, con una edad parecida a la del mito argentino en su primera experiencia como técnico en 1970 (44 y 47 años, respectivamente), fue uno de los protagonistas sobre el césped de la última edad de oro, entre 2000 y su retirada en 2010.

El partido Valencia - Celta, en imágenes

Una piña del Valencia CF en Mestalla / JM López

Mestalla nunca falla

El descenso de 1986 representó un golpe histórico sin precedentes para la masa social del club. Sin embargo, la afluencia a Mestalla no solo no se resintió, sino que aumentaron los socios y los espectadores en la categoría de plata. Sin llegar al descenso, pero en un clima de desarraigo parecido, en la presente temporada la asistencia a Mestalla no ha bajado de los 40.000 espectadores y el porcentaje de afluencia se ha vuelto a situar en los números de los años del doblete, cuando se conquistó la última Liga.