Una cita con el Aimar de las Islas

Kirian Rodríguez, que superó un linfoma de Hodgkin en 2023, creció imitando las gambetas de ‘Pablito’ y apasionándose también por Silva y Villa

El centrocampista, cada vez más cotizado, será la principal amenaza de Las Palmas en el partido de mañana

Una cita con el Aimar de las Islas

Una cita con el Aimar de las Islas / p.calabuig/p.pardo. València

P. Calabuig / P. Pardo

La conexión entre el Valencia CF y las Islas Canarias destila fútbol en estado puro. Pasión desmedida por el balón. Cuando en el verano de 2006 el ‘Mago’ de Arguineguín, David Silva, asumía sin vergüenza el papel creador de Pablo Aimar tras un año de ‘mili’ en Vigo, el corazón del pequeño Kirian Rodríguez hacía ya unos años que había sido atravesado por el juego del ‘Payasito’. El sábado por la noche, los blanquinegros se enfrentarán a la UD Las Palmas, un equipo que se mueve al son del tinerfeño, valencianista desde niño, que se ha convertido en una de las sensaciones de la Liga 2023/24.

La de Kirian es una historia de superación. En agosto de 2022 anunció que padecía un linfoma de Hodgkin, cáncer que afecta al tejido linfático. «Empieza la lucha», reiteró en una rueda de prensa que paralizó a las Islas. «Quiero que me vean fuerte, no deseo dar pena a nadie», añadió y se propuso un reto que acabó cumpliendo: «En diciembre tendrán el mejor mercado de invierno porque voy a volver, así que no hay ninguna prisa». Cinco meses después, en enero, el de Santa Cruz estaba nuevamente frente a los micros para confirmar que había superado la enfermedad. Ganó el partido al cáncer haciendo equipo en esa «lucha» por la vida haciendo equipo junto a la familia, los amigos y los compañeros y médicos de la UD. Desde diciembre había estado entrenándose y, a finales de abril, regresó a los campos para ayudar a los ‘pío-pío’ a certificar el ascenso a Primera.

El amor por la pelota, al que contribuyó a inicios de siglo sin saberlo una de las leyendas del Valencia campeón de Rafa Benítez, el argentino Aimar, fue uno de los motores fundamentales de Kirian para no desistir en una competición que exige una constancia todavía mayor que la requerida en el mundo del deporte. Lo que más le aterraba era no volver a jugar, lo que le hace feliz. La ovación del estadio Gran Canaria, desde agosto a hasta diciembre de 2022, cada vez que se alcanzaba el minuto 20 -el dorsal en su camiseta amarilla- cargó periódicamente la energía de un futbolista que siente una devoción absoluta por Pablito Aimar. Desde que muy pequeño lo vio jugar por primera vez vestido de blanquinegro, el de Río Cuarto ha sido su inspiración. Cortado por el patrón del jugador canario, elegante y talentoso, el tinerfeño siempre quiso jugar en la misma zona que Aimar, aunque a la postre su evolución lo hizo sobresalir unos metros más atrás, en la sala de máquinas.

Por extensión de la admiración al ex de River, aquel niño -hoy, con 27 años, uno de los ocho mejores mediocentros de la Liga- defendía en la escuela los colores de un Valencia que pujaba de tú a tú, llegando a arrebatarles dos Ligas, con Barça y Madrid. En verano recordó su simpatía por los murciélagos con motivo de la visita en la jornada 2 al coliseo de la Avenida de Suecia, donde haría realidad un sueño de niñez. «Tengo dos referentes claros. Aimar y Silva, yo de chico era del Valencia. Parece ahora que lo digo porque Silva es canarión, pero es casualidad. Los dos ‘21’ eran mediapuntas que me encantaban», confesó en una entrevista a ‘La Provincia’, en la que relató una graciosa anécdota con su hermano: «Él era del Real Madrid, perdieron un partido contra el Valencia y del cabreo dijo que se haría del Valencia. Yo, para picarle, me hice del Valencia. Así que soy che».

En pocos meses, el destino lo unió con su ídolo, con las dos casas de ‘Pablito’ en el fútbol español. Los primeros 18 minutos como futbolista, tras ocho meses lejos de los campos a causa del linfoma de Hodgkin, fueron en la Romareda. La afición del Zaragoza, la última del argentino antes de emigrar al Benfica, se puso en pie para aplaudirle. Cuatro meses más tarde, Kirian debutaría en la máxima categoría en su estadio preferido, una motivación especial antes del regreso a Primera de los grancanarios. Soñaba con el escenario principal de las diabluras con el balón de un Pablo Aimar que, precisamente, deslumbró en las Islas durante su aparición en España. Tras maravillar en un 0-0 frente al Manchester, el ‘Payasito’ se estrenaría en la Liga con un gol de falta en el Estadio Insular a Robert Jarni, el fino jugador croata que tuvo que ponerse ese día de portero supliendo al expulsado Nacho González. En marzo de 2003, Pablito asombró al Heliodoro Rodríguez López con un disparo imparable para Julio Iglesias, meta del CD Tenerife. El Valencia iba lanzado a por Liga.

Hoy en día, los tiempos son otros. Las Palmas y Valencia se miden mañana en competencia por la que podría ser la última plaza europea. ‘Kiri’, el prebenjamín que imitaba las gambetas de Aimar y que se hartaría después de meter goles en la cantera del Tenerife (117) idolatrando también a David Villa, es el MVP de enero en la Liga. Con cinco dianas, es el máximo goleador del conjunto canarión. Además, según la estadística de ‘WyScout+Olacip’, es el cuarto mejor medio de las cinco grandes ligas en Europa con 74 pases por partido. Llama a la puerta de la ‘Roja’. El Valencia debe tener mucho ojo con él.