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Servicios sociales

El Casal d'Esplai se transforma en un centro para acoger familias migrantes

Los alcaldes de València y Rocafort, Ciudades Refugio desde 2015, prorrogan el convenio para favorecer la inclusión social de 48 usuarios

Joan Ribó, Guillermo José Gimeno y Maite Ibáñez recorren las instalaciones del Casal d'Esplai. a. v.

El Ayuntamiento de València y el de Rocafort prorrogaron ayer otro año el convenio firmado en 2018 por el que se comprometen a trabajar conjuntamente para impulsar la inclusión social de las personas migrantes alojadas en el antiguo Casal d'Esplai. Al acto acudieron los alcaldes Joan Ribó y Guillermo José Gimeno.

El Casal d'Esplai es un complejo propiedad del Ayuntamiento de València, pero ubicado en el término de Rocafort. Desde su construcción su uso era el de un albergue juvenil para realizar campamentos y actividades de ocio. Pero en plena era de la migración, el cap i casal decidió emplearlo para que los migrantes pudieran alojarse allí mientras trabajaban como temporeros. Fue entonces (abril de 2018) cuando los vecinos mostraron su malestar, que acabaron trasladando al ayuntamiento. El consistorio, entonces gobernado por PSOE, Compromís, Podemos e IxrR, recriminó a València que solo abriera el inmueble de 21 a 7 horas, es decir únicamente para que pernoctaran, provocando que algunos de los migrantes deambularán por las calles de Rocafort. La administración de l'Horta llegó a amenazar con clausurar la instalación al carecer de la licencia necesaria para el uso que le estaba dando, si no ampliaba el servicio a las 24 horas. Ambas instituciones llegaron a un entendimiento y a finales de 2018 sellaron un acuerdo anual.

Ahora han prorrogado esta colaboración, aunque el Casal d'Esplai ha sufrido una profundo cambio. Ahora sus usuarios no son hombres migrantes que se alojan mientras se buscan la vida en el campo o la construcción. Se trata de familias enteras con niños. En total, el albergue tiene una capacidad para 48 personas.

El convenio incluye que València mantiene y se hace cargo de las instalaciones de su propiedad, mientras que Rocafort aporta los servicios: polideportivo, casa de la cultura, biblioteca o los centros escolares. El alcalde Guillermo José Gimeno se mostraba ayer satisfecho tras la firma. «La predisposición de este equipo de gobierno (Cs, PP y Vox) ha sido buena y prueba de ello es que todos hemos acudido al acto de la firma del convenio porque nos lo creemos, y mucho más ahora con el uso que se le ha dado. Que sean familias enteras las que lo utilizan permite que su integración sea mucho mayor. Los niños van a la escuela, participan de las actividades infantiles que realiza el ayuntamiento...», resaltaba el dirigente de Ciudadanos. Tal es la mejora, que el alcalde reveló que «las quejas iniciales de los vecinos, se han vuelto elogios por cómo funciona y el uso que se le ha dado». Por su parte, el Ayuntamiento de València también ofrece talleres para el desarrollo de recursos esenciales para la inclusión de las personas y los talleres de inserción laboral.

Un lugar donde dormir

El alcalde Joan Ribó remarcó la «responsabilidad que tenemos las administraciones públicas para que nadie en nuestro país o en nuestras ciudades, se queda sin un lugar donde dormir, o un plato que comer». En este sentido, reclamó un mayor apoyo del Gobierno Central «para las ciudades, que somos las primeras acogedoras de estas personas, y que en algunos casos, incluso nos hemos declarado Ciudad Refugio», como es el caso de València, que juntamente con Rocafort lo son desde 2015.

En la misma línea se manifestó la concejala de Cooperación al Desarrollo y Migración, Maite Ibañez, quien explicó que la firma de la renovación del convenio es la demostración de que este acuerdo «es un ejemplo de convivencia y también de coordinación de ayuntamiento en favor de la acogida de refugiados internacionales mediante una buena organización».

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