Pérez Galdós se suma hoy al mapa de obras en la ciudad

La ciudad de València inaugura el año 2022 con la remodelación de las plazas céntricas, cortes por canalización de agua y la puesta en marcha de la línea 10 del metro como obras más importantes. Así han estado en las últimas semanas y, desde hoy, se suma la siguiente actuación de gran calado. En los primeros días se notará relativamente poco porque empezará con las labores previas: señalización e instalación de casetas. Pero a partir del lunes 10 se pondrá más serio: llegan los cortes en la avenida de Pérez Galdós para domesticarla, ganando espacio para aceras -casi inexistentes en muchos tramos- y carril bici. De momento, de forma «blanda», previa a la realización de la urbanización del complejo.

Será la obra nueva más importante del primer semestre y se irá desarrollando por tramos para tratar de ser lo menos agresiva posible. En esta primera fase irá «hacia abajo»: desde la Petxina hasta el túnel. Algo parecido a lo sucedido en la avenida de Peris y Valero el año pasado.

Y es que el tercer cinturón de ronda sigue siendo protagonista de vallas y señales de carreteras cortadas. Acabadas las obras de Peris y Valero en tiempo récord, la renovación de las canalizaciones de agua continúan. Ahora, en el puente del Ángel Custodio, donde se están falcando las nuevas tuberías en limitado espacio disponible. En esa ronda todavía queda un tapón, cada vez más pequeño, en Cardenal Benlloch, al que apenas le quedan veinte metros de carril único, a la altura del cruce con la Avenida del Puerto.

Grandes avenidas y espacios emblemáticos conforman, por lógica, los trabajos más llamativos. Tras la apertura (o medio apertura) de la plaza de Brujas en los últimos días de diciembre, otra de las nuevas sensaciones es el aspecto que empieza a verse en la calle de la Paz, donde su tramo final ya está expedito anunciando lo restringido que será el paso cuando se complete una peatonalización que habrá cambiado la cara a la parte vieja de la ciudad. En esa calle quedan todavía unos pocos estrechamientos a la altura del desvío de Poeta Querol.

Es el centro el que seguirá soportando el grueso de las obras en las próximas semanas, pero también es la acometida más ambiciosa realizada en décadas. Que se tendrá aún que redondear con la remodelación, ahora sí efectiva, de la plaza del Ayuntamiento, San Agustín o San Vicente, pero para las que falta más de año y medio.

La ciudad, como organismo vivo, está en permanente estado de reparación. València y cualquier otra urbe. Obras que molestan más, obras que molestan menos.

Otro de los grandes se está produciendo en el ensanche. Isabel la Católica está levantada completamente a la espera de completar su reurbanización, que la dejará con un aspecto similar al que ofrecen calles que son hermanas gemelas como Félix Pizcueta o Pizarro. Poco han durado los juegos infantiles en la puerta de dominicos. La calle, paraíso en su momento de la doble fila, quedará reducida a un espacio mucho más peatonal.

Las mejoras de las canalizaciones son protagonistas en otras calles que están cortadas completamente. Por ejemplo, en Ángel Villena, a la altura de la Pista de Silla o la calle Maderas, que está cerrada en su práctica totalidad. La actuación «València Ciudad de Plazas» avanza en la parcela entre Doctor Tomás Sala, Segovia y Jerónima Galés a la espera de convertir un solar en un espacio peatonal.