València

Más de 360 niños malviven en poblados chabolistas e infraviviendas de València

Dos tercios de las 397 familias afincadas en asentamientos y espacios de vivienda en precario son extranjeras

Chabolas en el asentamiento ubicado junto a San Marcelino.

Chabolas en el asentamiento ubicado junto a San Marcelino. / José Manuel López

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

Más de 300 menores, en concreto 364, según datos de 2022, malviven en los asentamientos chabolistas de la ciudad de València, además de en viviendas en precario, edificios ruinosos e inmuebles diseminados por la ciudad.  Esta cifra reflejada en el Censo Municipal de Vivienda Precaria es preocupante pero si se compara con los últimos 4 años ha habido una reducción significativa y positiva. De 2022 a 2021, se ha reducido en 78 niños el número de menores que malviven en poblados de chabolas y en espacios de infravivienda. Esta tendencia se da desde 2019 a esta parte. En 2020, había 421 pequeños en estas condiciones; en 2020, 439, y en 2021, 442. En este sentido, la situación actual ha vuelto, en términos cuantitativos, a 2018, cuando había 364 menores en estos núcleos repartidos por la ciudad, en situación de pobreza y vivienda en precario.

Todos estos datos, unidos a que hay 1073 personas en total, malviviendo en los poblados chabolistas, en edificios ruinosos o en diseminados por la capital valenciana, han motivado que el Ayuntamiento de València, a través del Consejo de Acción Social, haya decidido constituir el próximo 20 de febrero una comisión especial para abordar el problema de los asentamientos en la capital valenciana, desde una perspectiva multidisciplinar.

La presencia de niños en estos núcleos y espacios de infravivienda ofrece la peor cara del sinhogarismo en los barrios y pedanías de València. Además, desde el punto de vista humano y social, el drama se hace más duro si se tiene en cuenta que hay 397 familias que habitan en estos poblados chabolistas y en otras formas de viviendas en precario. De ellas, 227 son extranjeras y 170 españolas, lo que habla a las claras de un problema sociológico que tiene que ver también con la llegada a España y la Comunitat Valenciana de extranjeros que huyen del hambre en sus países de origen.

Asentamiento de personas sin techo bajo el Puente del Real.

Asentamiento de personas sin techo bajo el Puente del Real. / JM López

Casi el doble de apoyo económico desde el ayuntamiento

El departamento de Servicios Sociales, que dirige la concejala Isabel Lozano, ha efectuado un esfuerzo económico importante para atender a estas personas aunque el drama humanitario es mayúsculo. Según la propia Isabel Lozano, el actual contrato de prestación de servicios a personas que viven en estos núcleos chabolistas asciende a 380.600 euros y cuenta con un equipo de 12 profesionales, tres de ellos, a tiempo parcial. El contrato anterior era muy inferior, era de unos 203.000 euros, lo que quiere decir que se ha casi duplicado la dotación económica. Por ende, solo había 8 profesionales y técnicos dedicados a la atención de estos sinhogares.

La intervención ordinaria en asentamientos segregados -chabolismo en espacios periurbanos- se lleva a cabo en la red de atención primaria de Servicios Sociales, en los 13 Centros Municipales, que atienden a las familias a través de los diferentes programas y prestaciones que en ellos de desarrollan. Esta intervención social utiliza herramientas como el propio Censo Municipal de Vivienda Precario, que se actualiza anualmente y los datos son trasladados a los centros municipales para que puedan planificar las diferentes acciones para la atención de las familias que residen en los diferentes asentamientos situados en sus zonas.

Chabolismo en el tramo abandonado del Circuito de Fórmula 1.

Chabolismo en el tramo abandonado del Circuito de Fórmula 1. / JM Lopez

75 familias reciben ayuda directa de los servicios municipales

El Equipo de Atención Integral (EAI) presta el servicio de apoyo a la intervención integral con familias del Censo de Vivienda Precaria de la ciudad de València. Este servicio lo ejecuta la asociación Alanna a través de contrato e interviene en familias derivadas de los centros municipales. Actualmente, se está trabajando con 75 familias, de las que 29 provienen de asentamientos segregados. Así mismo, con motivo de la pandemia, "se realiza desde 2020 una intervención comunitaria en todos los asentamientos, consistente en acciones de carácter generalista, facilitando información, orientación y asesoramiento, vinculando a las personas que residen en los asentamientos con los centros municipales que por zona de actuación les corresponde, así como con otras administraciones y entidades que intervienen en el ámbito de la protección social", añaden fuentes de Servicios Sociales.

Por último, se cuenta con la colaboración y apoyo de la iniciativa social, que en el caso de asentamientos segregados, está organizada a través de la Mesa de Entidades con ONG como Médicos del Mundo, Cruz Roja, L' Arca, Cepaim, Brúfol, Fundación Secretariado Gitano, y el Equipo de Atención Integral (Alanna). Por ende, existen otras organizaciones que, a través de voluntariado social, apoyan a las personas que malviven en estos asentamientos como son Mensajeros de la Paz, el Mensabús -en colaboración con EMT-, o la Fundación Ayuda Una Familia, que facilita depósitos de agua, alimentos o ropa a los sintechos.