El pregonero de la Semana Santa pide apoyo a los políticos y la fiscalía

El vicerrector de la Basílica, Alvaro Almenar, reclama a la clase política que acuda a los actos religiosos «sea creyente o no, como se va a cualquier otro acto cívico y democrático de otra entidad»

El arzobispo Enrique Benavent presidió al Pregón junto a la corporación

El arzobispo Enrique Benavent presidió al Pregón junto a la corporación

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Con casi una semana de descanso respecto a Fallas, la Semana Santa Marinera inició ayer su primera gran cita con el Pregón. Es un margen de respiro bastante mayor que el del año que viene, donde el 24 de marzo ya será Domingo de Ramos. Y siguiendo la tradición, la Iglesia de los Ángeles acogió el parlamento inaugural, que en esta ocasión corrió a cargo del vicerrector de la Basílica de la Virgen de los desamparados, Álvaro Almenar, en un claro guiño al centenario de la Coronación, y que contó con la presencia del nuevo arzobispo, Enrique Benavent.

Y también de representantes de la clase política, sobre los que Almenar -miembro de otras fiestas, como las Fallas- dejó el recado más llamativo de su discurso al reclamarles más implicación: «Es verdad que la sociedad está cambiando y que nos encontramos con una ciudad con mucha pluralidad religiosa y multicultural, donde hay gente que cree y que no cree, pero también es verdad que València, España, Europa, no puede olvidar sus raíces cristianas y tenemos que conservar ese patrimonio heredado que nace del humanismo cristiano». Dicho de otra manera, que los representantes políticos estén presentes (no nombró explícitaente a Joan Ribó) «aunque no sean practicantes, igual que participarían de cualquier acto cívico y democrático que otra agrupación o entidad convocara».

Álvaro Almenar, durante su intervención

Álvaro Almenar, durante su intervención

Casualidad o no, el pregón contó con una numerosa presencia de la clase política, tanto del gobierno municipal como de la oposición, así como el habitual numeroso público, que llenó los asientos, habilitándose una pantalla en la fachada de la iglesia parroquial de Los Ángeles.

Y más: también pidió protección. «Los católicos también somos ciudadanos con deberes y derechos y queremos el respeto a nuestra fe y señas de identidad. Por ejemplo, en los últimos años, en diversas ocasiones, la Virgen de los Desamparados ha sufrido insultos y blasfemias que se han justificado en nombre de la libertad de expresión y la creatividad artística. Y en esas ocasiones no nos hemos visto ni amparados ni apoyados. Yo creo en la libertad de expresión, pero nunca se me ocurriría en su nombre ofender a nada y a nadie. Ojalá que la fiscalía de delitos de odio pueda estar antenta a esas ofensas que con frecuencia se cometen contra la Iglesia Católica, recurso fácil y mediático, ya que saben que en nosotros está aquel consejo evangélico de poner la otra mejilla».

El arzobispo cerró el acto. En la foto, con el presidente de la Junta Mayor, el pregonero y el prior

El arzobispo cerró el acto. En la foto, con el presidente de la Junta Mayor, el pregonero y el prior

«Una fiesta BIF»

Como miembro de la comunidad religiosa, tampoco dudó en acuñar un nuevo término: convertir a la semana santa en el primer BIF: «Bien de interés de Fe» antes que el Bien de Interés Cultural «porque sin BIF no hay BIC».

Con guiños al Centenario de la Coronación y a la beatificación del Padre Jofre (eternamente atascada), se refirió a la fiesta marinera asegurando que «entre los miembros de esa familia debe surgir una comunión que sepa unir lo liturgico de las celebraciones y lo catéquico de las procesiones. Nuestro reto es cuidarla» y el guiño marinero de que «aunque haya otras celebraciones en València, sí que podemos decir que sois los más importantes y representativos».

Incluso arrancó una ovación cuando pidió porque "aunque estamos en territorio granota", el año próximo "Levante UD y Valencia CF jueguen juntos. Y no porque el València gane, sino porque el Levante ascienda".

El pregón, presidido por la imagen del Cristo de la Palma, y que tuvo la participación de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados, fue clausurado por el nuevo arzobispo, quien recordó su presencia en la Iglesia de los Ángeles durante su periodo de seminarista y la peculiaridad que tiene cada pueblo a la hora de celebrar la Semana Santa.