Los arqueólogos encuentran una "pequeña Alhambra" en la calle del Mar

La Fundación Hortensia Herrero mostrará los restos arqueológicos recuperados durante la rehabilitación

Recreación del patio interior

Recreación del patio interior / Desirée García

Las excavaciones arqueológicas que se han llevado a cabo desde 2017 en el Palacio de Valeriola, en la calle del Mar, sede del futuro Centro de Arte Hortensia Herrero, han dado con un importante hallazgo de época islámica que expertos en este periodo histórico, como el arqueólogo Vicent Lerma, han definido como la «pequeña Alhambra valenciana». La directora de las excavaciones, Tina Herreros, explicó los detalles del hallazgo en unas recientes jornadas organizadas por el Museo Nacional de Cerámica bajo el título «Orígenes de la azulejería valenciana».

En el patio del Palacio de Valeriola se han recuperado restos de distintas épocas, entre ellos, 36 metros del muro occidental de cinco metros de anchura del circo romano, cuyas partes (espina, cabecera...) han ido aflorando desde 1995 en distintas actuaciones en el entorno de la calle de la Paz.

Sin embargo, el hallazgo más inesperado ha sido la aparición de lo que podría ser una vivienda palaciega de época islámica. Los arqueólogos han encontrado una gran alberca, de cinco metros de largo, con dos fuentes en forma de estrella en los extremos decoradas con azulejos de cerámica vidriada de colores, entre los que destaca el azul turquesa, y conectadas a través de un sistema canales y rotondas.

La alberca se encontraba en un patio porticado (han aparecido los restos de los pilares, que contaba con vegetación. Se trata de uno de los mejores ejemplos de arquitectura del agua islámica recuperados en la ciudad, donde han aparecido otras fuentes de época mudejar, pero «sin el nivel de sofisticación» y dimensiones que se ha visto en el patio del Palacio de Valeriola, que tendría 380 m2 de superficie. La fase de investigación científica propiamente dicha se llevará a cabo a partir de ahora con el objetivo de entregar la memoria en noviembre próximo, mes en el que también está prevista la inauguración del centro de arte de Hortensia Herrero.

El Palacio de Valeriola casi acabado

El Palacio de Valeriola casi acabado / Miguel Angel Montesinos

La hipótesis con la que trabaja el equipo de Tina Herreros es que el patio islámico hallado bajo el Palacio de Valeriola formara parte de un complejo palaciego, una pequeña Alhambra valenciana, cuya cronología se situaría entre los siglos XII y XIII, antes de la Conquista de Jaume I (1238). En la fase de investigación se confirmará o no lo que de momento es una «hipótesis de trabajo». Con todo, el equipo de la arqueóloga en base a los restos hallados ha recreado cómo pudo ser el patio islámico. Unas figuraciones, realizadas por Desirée García, que remiten a los patios nazaríes de la Alhambra de Granada.

Parte de los hallazgos encontrados en los cuatro años de intervención arqueológica se mostrarán en el futuro centro de arte. El patio islámico con sus fuentes se encontraba justo encima del muro del circo romano, construido en el siglo II, y posiblemente una de las construcciones de mayor tamaño de la Valentia romana. Ya en época tardorromana el circo quedó amortizado y se convirtió en recinto funerario. Se han hallado en este sentido varias tumbas entre las que destaca la de una niña de unos 12 años con un ungüentario entre los pies, un enterramiento singular de «alguien importante».

Ya en el siglo XI la zona se transforma y se construyen viviendas islámicas que siguen el esquema tradicional de patio central con estancias alrededor. Tras la conquista la zona vuelven a transformarse. Las viviendas y propiedades de la calle del Mar se entregaron a la orden de San Juan del Hospital y a varias familias judías para que levantaran allí su barrio o «call» (judería). Los hermanos Valeriola, mercaderes de origen mallorquín llegados en 1450 a València, fueron comprando años después varias casas en la calle del Mar donde la familia construyó ya en el siglo XVII el palacio, reformado y ampliado varias veces. El palacio, que ha tenido distintos usos, incluido el de pub, pasó a manos de la familia del general golpista Alfonso Armada, a quien la mecenas Hortensia Herrero se lo compró en 2016.