Pintadas y actos vandálicos en una ciudad repleta de turistas

Monumentos como la iglesia de San José y Santa Teresa, el Museu del Corpus y las Atarazanas sufren a los grafiteros

Mientras tanto uno de los bancos situados junto al Mercado Central ha sido destrozado

Un hombre pasea junto al banco destrozado junto al Mercado Central.

Un hombre pasea junto al banco destrozado junto al Mercado Central. / Germán Caballero

JM Vigara

Mientras el centro histórico y las playas están llenas estos días de turistas que se han desplazado a València para pasar unos días de vacaciones y disfrutar del Puente de la Virgen de Agosto, los vándalos no se toman ningún día de descanso y siguen haciendo fechorías.

Una imagen horrible para los vecinos y los turistas de la zona la ofrecía ayer la plaça del Mercat y la plaza de Ciudad de Brujas, cuyas peatonalizaciones cumplen algo más de un año en estos días. En esta ágora recuperada para la ciudadanía, los incívicos han reventado a golpes uno de los bancos situados junto al Mercado Central. Al parecer, según han revelado residentes de la zona, el banco fue destrozado a golpes en la noche del domingo 13 al lunes 14 pues ya amaneció así ese día. 

Es solo un ejemplo de los actos vandálicos que sufre València cada día. Lo mismo que las pintadas que dañan el patrimonio histórico de la ciudad. Recientemente, tal como ha denunciado el Círculo por la Defensa del Patrimonio han aparecido nuevas pintadas en la fachada del antiguo convento y de la Iglesia de San José y de Santa Teresa. Este inmueble está declarado Bien de Relevancia Local y el frontal de la plaça Portal Nou ya ha sido víctima de los «pintamonas», como los califican en esta entidad cívico-cultural que ha reiterado en múltiples ocasiones que se debe sancionar a los incívicos que se dedican a ensuciar el patrimonio de los valencianos y poner cámaras de vigilancia allá donde no las hay. Y activar las cámaras que ya existen para multar a los infractores.

Grafitos en monumentos y edificios históricos

Otros monumentos y edificios históricos que han sufrido pintadas en los últimos tiempos han sido el antiguo depósito de Gas Lebón, el Museu del Corpus-Casa de les Roque, el refugio antiaéreo de la calle Serranos/Palomino o la puerta posterior de las Atarazanas del Grau. Entre estos edificios se encuentran un BRL como el subterráneo de la calle Serranos y un Bien de Interés Cultural como las Atarazanas.

El coste de limpiar estos grafitos que provocan daños en estos edificios protegidos es muy elevado. No en vano, la contrata municipal tiene un presupuesto de 300.000 euros anuales, de los que 180.000 irán destinados exclusivamente a los puentes. Retirar los graffitis de las iglesias y los monumentos implica también reparar y restaurar porque los incívicos causan un daño terrible. 

La quema de contenedores y los daños al mobiliario urbano es otro dato estremecedor. Entre 2019 y 2022, la quema de depósitos para la basura le costó 800.000 euros a los vecinos de València. De ellos, cerca de 187.000 euros se destinan a sustituir bancos, papeleras y otros elementos del mobiliario urbano destrozados o quemados por los vándalos.