València vuelve a acoger un encierro con «bou embolat» tras 7 años de prohibición

El presidente de las peñas taurinas valencianas «celebra el fin de la censura cultural» en las pedanías del «Cap-i-Casal»

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

Dos toros embolados de la ganadería de Fernando Machancoses y un tercero de Gerardo Gamón dieron ayer noche el pistoletazo de salida a la recuperación del «bou embolat» en las pedanías de València. Fue Carpesa el escenario de este hecho histórico para los aficionados a los «bous al carrer», esta vez sí, con bolas de fuego.

La Asociación Cultural Peña Taurina El Carpesano ha podido convertir en realidad su sueño: devolver el toro embolado a la ciudad de València después de siete años. Ello ha sido posible porque el gobierno municipal del PP del Ayuntamiento de València, hace pocos días, levantó la prohibición de realizar estos festejos, que implantó el anterior gobierno municipal de Joan Ribó en 2016.

Multitud de aficionados llenaron esta pedanía valenciana para asistir a los actos taurinos de toda la jornada y, en especial, al embolado de estos tres astados de gran bravura.

No solo los vecinos de este Poble del Nord, sino gran cantidad de aficionados de València y el área metropolitana se dieron cita en Carpesa para asistir a estos espectáculos taurinos. Tal como publicó Levante-EMV, más de 30 voluntarios se sumaron al dispositivo conformado por la peña local para garantizar la buena organización y la seguridad en los encierros, que se realizan en un recinto cerrado por vallas, y formado por las calles y la plaza del pueblo.

La peña organizadora cuenta con 45 componentes para un pueblo de 300 habitantes. Esto da idea de la gran afición a los «bous al carrer» que hay en este núcleo residencial.

Tal como relataba en este diario el presidente de la Penya El Carpesano Carlos Casilda, durante estos 7 años en que no se han podido embolar toros, en la entidad taurina de Carpesa «nos hemos reinventado, no sin dificultades y hemos seguido organizando actos taurinos en la calle». Por ello, han traido cerriles de prestigiosas ganaderías de Andalucía. De hecho, Carpesa acoge desde hace décadas festejos de «bous al carrer» porque la peña cuenta con 44 años de existencia y pese a la prohibición de embolar, se han seguido celebrando actos taurinos como festivales o encierros de toros y vacas en punta. Para el sábado próximo, día 23 de septiembre, hay previstos más festejos. Por la mañana, hay un especial de Benavent; y a partir de las 13 horas, se soltarán dos cerriles de Sorando y vacas de Fernando Machancoses. Por la noche, a las 23,30 horas, se embolarán estos dos cerriles y otro astado de Machancoses. Por su parte, el presidente de Federación de Peñas Taurinas de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana Germán Zaragozá se felicitó ayer por la vuelta de los toros embolados a la ciudad. «La libertad embiste de nuevo en València». Con esta frase lapidaria celebró la noticia.

El toro, ya embolado

El toro, ya embolado / Eduardo Ripoll

Además se mostró muy crítico con Compromís y el ejecutivo local que presidió Joan Ribó. Tanto que consideró que ayer se acabó «una censura cultural que castigaba a las pedanías de Valencia, generando un agravio comparativo respecto a sus localidades vecinas». «Nadie entendía -declaró a este periódico- cómo se prohibía una modalidad legal y regulada en el decreto 31/2015 de la Generalitat, y a 500 metros, se autorizaba por el mismo partido (Compromís) en Bonrepós i Mirambell, una hipocresía política de la cual solo se podía deducir un abanderamiento del antitaurinismo», lamentó.