Quién fue San Vicente Ferrer y qué hizo para ser uno de los santos más queridos de Europa

Su festividad se celebra el 5 de abril, aunque es movible y siempre se celebra el segundo lunes de Pascua en la Comunitat Valenciana

San Vicente Ferrer, un santo valenciano que fue uno de los más queridos en toda Europa.

San Vicente Ferrer, un santo valenciano que fue uno de los más queridos en toda Europa. / L-EMV

San Vicente Ferrer, cuya festividad se celebra hoy en toda la Comunitat Valenciana y en cuyo honor hay numerosos actos programados en la ciudad de València, fue un santo, predicador y teólogo dominico nacido el 23 de enero de 1350 en València. Es reconocido por su ferviente labor misionera durante el siglo XIV, especialmente en Europa occidental, en muchas de cuyas regiones el santo obtuvo gran reputación y aprecio durante sus viajes de predicación.

Su nombre de nacimiento era Vicente Ferrer Nicolau y, aunque su festividad se celebra el 5 de abril (fecha de su fallecimiento en Vannes, Francia), su fiesta es movible y siempre se celebra en la Comunitat Valenciana el segundo lunes de Pascua. En este año 2024, la fiesta de San Vicente Ferrer se festeja hoy, 8 de abril, y es una jornada no laborable en toda la autonomía debido a que el santo es patrón de la Comunitat Valenciana.

Quién fue San Vicente Ferrer

Desde joven, San Vicente Ferrer mostró gran inclinación hacia la vida religiosa y se unió a la Orden de los Predicadores (dominicos) a la edad de 17 años. Después de completar su formación, se destacó por su elocuencia y habilidad como predicador, lo que le convirtió en uno de los oradores más poderosos y prolíficos de su tiempo.

San Vicente Ferrer viajó extensamente por Europa, predicando en ciudades y pueblos, y atrayendo multitudes con sus sermones. Se le atribuyen muchos milagros, incluyendo curaciones y conversiones. Sus palabras de predicación se centraban en la penitencia, la conversión y el juicio final.

Además de su labor pastoral, San Vicente Ferrer desempeñó un papel importante en la resolución de conflictos y disputas eclesiásticas de su época. Asimismo, jugó un papel crucial en la pacificación de tensiones entre diferentes grupos étnicos y religiosos en ciertas regiones europeas.

San Vicente Ferrer falleció el 5 de abril de 1419 y fue canonizado por el Papa Calixto III en 1455. Es patrón de los constructores y obreros, así como de los prisioneros y cautivos, además de ser el patrón de la Comunitat Valenciana.

Procesión en honor de San Vicente Ferrer, en València.

Procesión en honor de San Vicente Ferrer, en València. / L-EMV

Los milagros de San Vicente Ferrer

Al santo se le atribuyen una serie de hechos milagrosos que cada año se recuerdan en la ciudad de València, en cuyos barrios se levantan los tradicionales altares de San Vicente, en los que se representan esos milagros o 'miracles'.

Entre los milagros que se achacan a San Vicente Ferrer y que ya forman parte de la tradición católica están los sigiuentes:

Curaciones milagrosas

Se relatan numerosas curaciones realizadas por San Vicente Ferrer durante su ministerio. Se dice que sanó a personas de diversas enfermedades físicas y mentales, como ceguera, sordera, parálisis, lepra y otras dolencias graves. Estas curaciones fueron consideradas milagrosas debido a su carácter repentino y completo, y se consideera que fueron el resultado de la intervención divina a través de la intercesión del santo.

Multiplicación de alimentos

En ciertas ocasiones, San Vicente Ferrer se encontró con multitudes hambrientas que habían acudido a escucharlo predicar. Ante la escasez de alimentos, se dice que realizó milagros de multiplicación, similar al relato bíblico de la multiplicación de los panes y los peces. Con un gesto de bendición, los alimentos disponibles se multiplicaron de manera que todos los presentes pudieran ser alimentados, demostrando así su poder divino y su preocupación por las necesidades materiales de las personas.

Resurrección de los muertos

El relato tradicional cuenta que, al menos en una ocasión, San Vicente Ferrer resucitó a una persona que había fallecido. Este tipo de milagro se considera uno de los más extraordinarios y está en línea con los relatos bíblicos de Jesús y los apóstoles resucitando a los muertos. Se dice que San Vicente Ferrer fue capaz de devolver la vida a alguien a través de su ferviente oración y la intervención divina.

Imagen de uno de los altares de València donde se representan los milagros de San Vicente Ferrer.

Imagen de uno de los altares de València donde se representan los milagros de San Vicente Ferrer. / L-EMV

Control sobre la Naturaleza

A San Vicente Ferrer se le atribuyen varios hechos milagrosos en los que demostró su dominio sobre los elementos naturales. Por ejemplo, se dice que calmó tormentas violentas y detuvo inundaciones repentinas mediante su oración y su fe. Estos actos se interpretan como manifestaciones del poder de Dios actuando a través de San Vicente Ferrer para proteger y beneficiar a las personas necesitadas.

Conversión de pecadores

Uno de los aspectos más destacados del ministerio de San Vicente Ferrer fue su capacidad para convertir a pecadores y alejar a las personas del mal camino. A través de sus sermones apasionados y convincentes, muchas personas experimentaron un cambio profundo en sus vidas, abandonando sus malos hábitos y volviéndose hacia Dios en arrepentimiento. Estas conversiones se consideran milagrosas en sí mismas, ya que implican una transformación espiritual que se consideraba que sólo podía ser obra de la gracia divina.

Estos son solo algunos ejemplos de los milagros atribuidos a San Vicente Ferrer a lo largo de su vida. Su reputación como taumaturgo y su fama como obrador de milagros contribuyeron significativamente a su veneración y santidad en la tradición católica, no sólo en València, lugar de nacimiento del santo, sino que numerosos puntos de Europa a los que San Vicente Ferrer llegó en su incansable y exitosa labor de predicación.