Activan un plan contra la pobreza heredada para decenas de niños que malviven en asentamientos

Las técnicas del centro de Quatre Carreres trabajan con familias de los poblados de la Punta, la Gallineta, Malilla y Font de Sant Lluís para garantizar que los menores reciben educación y alimentación

Este proyecto piloto quiere romper «la transmisión generacional» de la indigencia de padres a hijos

Asentamientos de infravivienda en el Grau.

Asentamientos de infravivienda en el Grau. / M.A.Montesinos

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de València ha puesto en marcha un proyecto piloto contra la transmisión generacional de la pobreza de padres a hijos en los asentamientos de sintechos ubicados en el distrito de Quatre Carreres y el barrio de Nazaret. «La propia directora del centro de Quatre Carreres y las técnicas municipales me plantearon este plan cuyo objetivo fundamental es evitar la cronificación de la pobreza en las familias que malviven en poblados chabolistas de la ciudad», según relata la regidora de Servicios Sociales Marta Torrado a Levante-EMV. 

Las trabajadoras sociales, las integradoras y las técnicas de Servicios Sociales trabajan sobre el terreno para frenar «la exclusión social» de las familias que habitan en estos núcleos de infravivienda y evitar «la cronificación de la pobreza» de padres a hijos. 

Lo hacen de la mano de la asociación Alanna que desarrolla un programa de apoyo a la Intervención Integral con Familias del Censo de Vivienda Precaria de la Ciudad de València para mejorar sus condiciones de vida, y sus posibilidades de acceso y adaptación a una vivienda normalizada.

Quatre Carreres y Nazaret

Pero desde hace unas semanas, se ha activado este proyecto piloto que se está desarrollando en los poblados y asentamientos de la Punta, la Gallineta, Malilla, Font de Sant Lluís, Castellar-l’Oliveral y Horno de Alcedo. A medio plazo, la idea es extender este protocolo de actuación a todos los barrios de la ciudad, añade Marta Torrado. 

Cabe recordar que según el censo de vivienda precaria realizado en València, en 2022, al menos 1.073 adultos y 364 niños malvivían en asentamientos. Por eso, uno de los hitos principales de la iniciativa es que los menores que residen en estos núcleos de infravivienda tengan garantizadas una serie de servicios básicos como la escolarización, el acceso a la sanidad pública y la alimentación, que en muchos casos reciben en los comedores de los colegios donde asisten a clase. 

Además, hay otra ONG, el Arca de Noé que trabaja específicamente con menores de los asentamientos de la Punta programando talleres y actividades enfocadas a romper esta tendencia de «transmisión generacional de la pobreza».

Asentamientos chabolistas en Valencia

Asentamientos chabolistas en Valencia / Miguel Ángel Montesinos

 Tal como comenta la concejala, los técnicos municipales y estas organizaciones desarrollan talleres y actividades de todo tipo para fomentar hábitos de higiene y alimentación saludables y supervisan que los pequeños asistan al colegio. Pero además, explica Marta Torrado, «se identifican a los núcleos familiares que viven en estos poblados chabolistas» y también se contacta «con una persona de referencia de cada uno de estos asentamientos», para abordar una atención integral desde el ámbito sanitario, socio-laboral y policial. Por ejemplo, con el trabajo de las técnicas del centro de Quatre Carreres se realizan itinerarios socio-laborales de los adultos que viven de forma permanente en estos núcleos de infravivienda y se realizan labores administrativas como socilitarles la Renta Valenciana de Inclusión, tramitarles la tarjeta sanitaria -si no la tienen- o iniciar el procedimiento para que puedan entrar en una vivienda social de la Evha o del ayuntamiento.

Asentamientos chabolistas

Por si fuera poco, más de la mitad de los cerca de 40 asentamientos chabolistas que existen en València son anteriores a 2013, esto es, tienen más de 10 años de antigüedad. Por ende, los casos más antiguos de poblados o asentamientos en infravivienda datan de los años 80 y 90, aunque es entre 2006 y 2016 cuando se produce una mayor expansión de este fenómeno en la ciudad. Por tanto, el chabolismo y la proliferación de núcleos estables de infravivienda no es un problema nuevo en la capital valenciana.

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