Tamara Falcó e Íñigo Onieva se esconden de la prensa en su regreso de Venecia: ¿Exclusiva o fin a tanta felicidad?

La marquesa de Griñón ya está en Madrid tras unas idílicas vacaciones en Italia

Tamara Falcó e Íñigo Onieva regresan de Venecia a escondidas

Europa Press

Todo lo bueno se acaba... y si no que se lo digan a la marquesa de Griñón, Tamara Falcó, y su marido Íñigo Onieva. En apenas unas horas, la vida del matrimonio más couché del panorama social nacional ha dado un giro de 180 grados. De estar disfrutando de unas idílicas vacaciones de lujo en Venecia a bordo de góndolas entre sus canales a regresar al ruido de la capital y a las preguntas incómodas de los periodistas. Y es que Tamara Falcó e Íñigo Onieva están ya de vuelta en España. No todo iba a ser disfrutar de una vacaciones eternas en la ciudad de los canales.

Pero como todo en la vida de la marquesa de Griñón, ni su vuelta a la normalidad podía estar exento de polémica. Tal como han hecho en sus últimos viajes -algo que muchos no entienden- han abandonado una vez más por separado el aeropuerto de Barajas, aunque en esta ocasión se han reencontrado minutos más tarde a las puertas de la terminal para regresar a casa sin lograr su objetivo de que las cámaras no les captasen juntos.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, durante su escapada al campo.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, durante su escapada al campo. / TF/IG

Mientras la marquesa de Griñón contrataba el servicio premium del aeropuerto -que tiene un coste de aproximadamente 300 euros- para que un coche la recogiese cerca de la pista, su marido se ahorraba este gasto y utilizaba la salida convencional de pasajeros, empujando su propio equipaje.

Con la seriedad que le caracteriza y ocultando su rostro bajo una gorra y gafas de sol, Íñigo se ha limitado a asegurar que se lo han pasado "muy bien" en su escapada romántica a Venecia, y que todo está "muy bien" en lo que a su matrimonio se refiere.

Esquivar a la prensa a toda costa

Esta maniobra ha vuelto a sorprender a los periodistas y cámaras que aguardaban a la pareja en la terminal de llegadas del aeropuerto Adolfo Suárez. Tanto interés por escapar de las cámaras no ha pasado desapercibido para quienes intuyen intereses ocultos en la pareja. El más evidente es de preservar su intimidad y evitar un encuentro con las cámaras y quizá preguntas incómodas. No es la primera vez que la pareja se enfrenta a rumores de distanciamiento ni tampoco a informaciones que mantienen que su relación tiene más de comercial que de sentimental.

Otra de las opciones que se barajan para mantener este cinturón tan estricto de seguridad es que la pareja haya firmado algún tipo de exclusiva y estén protegiéndola.