Los MIR se decantan por Medicina Familiar en la Comunitat Valenciana "por vocación" y el trato cercano con el paciente

Los cuatro primeros residentes en elegir la especialidad en la Comunitat Valenciana explican que permite un trato directo con el paciente y son la "primera línea" del sistema sanitario

Creen que la especialidad necesita mayor consideración y mejorar sus condiciones laborales para atraer a los futuros médicos

Residentes en Medicina Familiar en el hospital La Fe.

Residentes en Medicina Familiar en el hospital La Fe. / Germán Caballero

Lluís Pérez

Lluís Pérez

Podían haber elegido cualquier otra especialidad, pero su vocación les llevó a elegir Medicina Familiar; casi sin dudarlo. Son Raúl Pascual, Maite Parra, Ana Giménez y María de Andrés, los cuatro primeros MIR en elegir esta especialidad, muchas veces denostada, en la Comunitat Valenciana. Los cuatro realizarán la residencia en hospitales medianos o pequeños -Gandia, Manises, el Peset y el Arnau de Vilanova-Llíria, respectivamente- aunque se podrían haber decantado por cualquier otro centro de referencia; pero han preferido pasar los próximos cuatro años en hospitales de "ambiente familiar". La valenciana ha sido una de las pocas autonomías en cubrir todas sus plazas para convertirse en médico de cabecera. Lo hizo en la primera convocatoria y la situación contrastas con el balance nacional, en el que 246 de las 2.492 plazas han quedado vacantes, el doble que en la convocatoria anterior. Son, por tanto, una especie de rara avis entre los MIR. Pero, ¿cuáles son los motivos por los que estos cuatro jóvenes se han decantado por Medicina Familiar?

En primera línea

"El contacto y el seguimiento del paciente del médico de familia es único de esta especialidad", explica Raúl. Con el número 2.339 ha sido el primer MIR en escoger la especialidad - "me quedé sorprendido al enterarme", reconoce; la primera residente en elegir Familia a nivel nacional, lo hizo con el número 17- y lo hará en el hospital de Gandia, aunque vive en Albal. "Me recomendaron hacer la especialidad en un comarcal y este es un centro con unas instalaciones recientemente nuevas", comenta a Levante-EMV. Además, la especialización en Medicina Comunitaria le llama mucho la atención "porque ayuda a prevenir otras enfermedades". Y es que, como apunta Ana, es la especialidad que puede "promover un mayor cambio en la vida del paciente y sus hábitos".

Raúl Pascual hará la residencia en Medicina Familiar en Gandia.

Raúl Pascual hará la residencia en Medicina Familiar en Gandia. / ED

A Maite, quien realizará la residencia en el hospital de Manises, también le recomendaron cursarla fuera de los centros de referencia porque, en los grandes hospitales, al realizar la rotación por las diferentes especialidades, el "especialista presta más atención a su propio residente que al de Familia"; o eso, al menos, le han trasladado otros residentes. Así como la especialidad es considerada de menor nivel por muchos MIR, también pasa lo propio con los médicos en formación en los grandes hospitales: "En algunos centros, los de Familia son residentes de segunda", explica María. Por eso, ella se ha decantado por el Arnau de Vilanova porque de los 30 nuevos residentes, 10 lo son en su misma especialidad. "Cuando rotamos, si no hay residente de cardiología, yo soy la residente del especialista y cuenta conmigo plenamente para enseñarme". En su caso, la vocación le viene de familia porque su madre lo fue en el pasado. "Ella era médico 24/7 porque no dejaba de atender llamadas y ayudar a la gente más vulnerable", reconoce. Y lo vivió en primera persona durante su periodo de prácticas.

Las ganas de aprender y mantener un conocimiento más amplio sobre la medicina son, también, otros de los motivos que han decantado la balanza a la hora de elegir. "Después de tantos años de estudio, quiero saber de todo, no especializarme en un sistema en concreto y olvidar todo lo demás", asegura Maite. Al final, todo ellos coinciden en que el médico de cabecera y la Atención Primaria son la "puerta de entrada" al sistema sanitario. Raúl es mucho más contundente: "Somos una parte vital que vertebra toda la medicina".

Maite Parra durante sus prácticas en las que se decantó por Medicina Familiar.

Maite Parra durante sus prácticas en las que se decantó por Medicina Familiar. / ED

Una especialidad denostada

Tras explicar el porqué de su decisión, la pregunta es a la inversa. ¿Por qué está tan mal considerada la especialidad? La lista de motivos no es baladí: mucha carga asistencial, hasta 40 pacientes por día; peores condiciones laborales, con la necesidad de aumentar el salario mediante guardias; pocas posibilidades de saltar a la sanidad privada, más dificultades a la hora de conciliar... En definitiva, peor calidad de vida, en un momento en el que las nuevas generaciones lo priman a la hora de plantearse su futuro profesional.

Es cierto que en cada convocatoria MIR se quedan plazas vacantes en su disciplina -este año 246, aunque ninguna en la sanidad valenciana-, pero es también cierto que 2.246 residentes comenzarán en breve su residencia en Medicina Familiar, más que en cualquier otra especialidad; por ejemplo, en Dermatología, una de las más demandadas, solo había 123 plazas en la actual convocatoria. De hecho, las comunidades autónomas han pedido al Ministerio ampliar el número de plazas anuales en Familia, un millar al año, pero para los cuatro futuros médicos el problema no está tanto en el número de plazas, sino en la consideración general sobre los médicos de cabecera.

María de Andrés ha decidido ser MIR en Medicina Familiar en el hospital Arnau de Vilanova.

María de Andrés ha decidido ser MIR en Medicina Familiar en el hospital Arnau de Vilanova. / ED

"Tienen que conseguir que la especialidad sea más atractiva -, afirma María - y eso pasa por configurar la especialidad de forma que el médico no esté tan sobrecargado y tenga mejor calidad de vida". Sobre todo porque, aunque mucha gente no lo considere así, Medicina Familiar es una especialidad en sí misma; pero, cada año, tiene más pacientes y menos profesionales; a una media de entre 40 y 50 personas atendidas por profesional. Por su parte, Ana cree que el plan formativo no es "excesivamente atractivo" porque hay mucha rotación por las especialidades y puede parecer "que no sabes tanto como el resto".

La solución para cubrir las faltas del sistema sanitario -contratar profesionales sin residencia y, por tanto, sin especialización- tampoco contribuye a mejorar la consideración del médico de cabecera. Ejercen como médicos de familia, con contratos de adjuntos; en la práctica, como explican los cuatro, cobran más que ellos y serán sus jefes, sin "haber pasado por el MIR".

Ana Giménez ha elegido el Peset para hacer la residencia en Medicina Familiar.

Ana Giménez ha elegido el Peset para hacer la residencia en Medicina Familiar. / ED

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