Los alcaldes piden que se les tenga en consideración para futuros parques solares

Hay una sensación de optimismo entre alcaldes y alcaldesas de la Serranía tras el anuncio de Transición Ecológica de suspender la planta fotovoltaica, evacuación y central eléctrica de la que dependían 18 proyectos fotovoltaicos repartidos por esta comarca rural y la Hoya de Buñol. Todo por la afección al parque natural de l’Albufera, del que Godelleta forma parte de la zona protegida por ser cabecera hídrica. Por eso, tanto en Villar del Arzobispo, Llíria, Andilla y Godelleta piden formar parte de esta planificación a nivel autonómico y estatal, «teniendo voz en la decisión sobre dónde instalar estas plantas», como señala Consuelo Alfonso, alcaldesa de Andilla, y confirma Joanma Miguel, primer edil de Llíria: «No hubiera estado de más preguntar». «Cabemos todos, pero hay que tener en cuenta las peculiaridades de cada municipio», apostilla Alfonso.

Precisamente todos presentaron alegaciones a lo largo de 2022 para frenar una expansión que iba a convertir zonas agrícolas en funcionamiento en un mar de placas fotovoltaicas, así que, como señala Vicente Portolés, alcalde de Villar del Arzobispo, «la sensación es muy positiva». «De poco me sirve que me llenen el término municipal de placas si una parte de la economía local se va a ir al garete», sentencia Portolés.

En el caso de Llíria, en cuyo territorio estaban previstas una decena de instalaciones, Joanma Miguel explica que siempre que se les ha solicitado informes han presentado sus dudas respecto a la adecuación de las instalaciones por el alto valor paisajístico donde se pretendían instalar.

En el caso de Godelleta, municipio clave para la expansión de la energía fotovoltaica en las comarcas de interior, el alcalde Rafa Fora reconoce el esfuerzo hecho por los técnicos para tratar de frenar «una aberración contra lo más importante que tenemos nosotros, nuestros campos de cultivo», sentencia Fora.

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