Desde prisión se pueden enviar cartas a quien el interno desee. Eduardo Zaplana hizo uso de ese derecho y una de las misivas que escribió se ha vuelto contra él. La jueza ha incorporado el escrito que envió desde la prisión de Picassent a la exdiputada Elvira Suanzes, investigada en este caso, y su defensa ya ha presentado el recurso.

En ella Eduardo Zaplana expresa sus temores y sugiere que podrían tener la ayuda de la responsable del CNI, una reconocida jurista que ya les habría ayudado antes de que tuviera lugar la operación policial. No identifica a esta jueza, pero todo apunta a que se trata de la ministra de Defensa Margarita Robles. Desde el entorno de la dirigente socialista lo niegan.

Hace poco más de un año que el exministro de Trabajo obtuvo la libertad provisional. La espera del juicio la pasa entre Benidorm, València y Madrid, pues tiene prohibida la salida del territorio español.

Zaplana espera ese día rodeado de su familia y se apoya sobre todo en una de sus hijas, María, quien también se ha visto salpicada por las revelaciones del sumario del caso Erial. De hecho, la jueza ha pedido ayuda a Suiza tras certificar la Guardia Civil que el marido de esta, un reconocido empresario, repatrió más de 2 millones de euros en España para pagar una vivienda en el centro de València. La jueza sospecha que la trama podría haber usado este dinero para el presunto blanqueo de comisiones.

Zaplana sigue tratándose de su enfermedad y tiene las mismas recaídas que cuando estaba ingresado en prisión. Pero se mantiene en forma y su aspecto es saludable.

Practica ejercicio cada vez que puede y mantiene sus paseos matutinos por la playa de Benidorm cuando se encuentra en la Marina Baixa. «Zaplana es amigo de sus amigos y en estas circunstancias te das cuenta de quienes son los verdaderos», razona uno de esos amigos.