«Hemos llegado a pasar miedo». Así resumía ayer un vecino de Estivella la situación vivida ayer por la mañana, a primera hora, cuando un árbol de grandes dimensiones cayó sobre su casa y destrozó parte de su tejado. «Yo estaba durmiendo, pero el golpe ha sido tremendo y la lámpara del techo se ha quedado temblando», contaba con el único alivio de que ni él ni su familia habían sufrido daños. «Nunca había visto nada igual», añadía José Ramón Mateu, el dueño del camping Sierra Calderona mientras estaba a la espera de la valoración de daños por parte del seguro.

Las fuertes rachas de viento de ayer, que en Sagunt llegaron a los 129 kilómetros por hora, dejaron una persona herida en Algímia d' Alfara y cuantiosos daños materiales en la comarca, además de momentos de gran tensión.

La situación recordaba a muchos al destructivo ciclón registrado en Sagunt en septiembre de 2004 y solo la Policía Local de Sagunt tuvo que atender por mañana unas 60 incidencias, incluidos desprendimientos en los tejados de varios edificios públicos, como ya ocurrió hace 16 años. Esta avalancha de servicios hizo reforzar la plantilla; una medida que muchos vecinos echaron de menos en el servicio de limpieza, dado el gran número de contenedores incluso de hierro, que acabaron invadiendo calles y carreteras e incluso dañando coches, mientras bolsas de basura quedaban deshechas.

Una trabajadora del Ayuntamiento de Algímia d'Alfara resultó herida tras ser golpeada por un trozo de uralita que saltó de una terraza a causa del fuerte viento. Esto ocurrió cuando intervenía en la caída de un pino en la Glorieta de Algímia y sufrió el golpe en la parte superior de su cuerpo, lo que llevó a trasladarla al Hospital de Sagunt, donde fue dada de alta horas después.

Sustos de todo tipo

También hubo situaciones de nerviosismo en la piscina municipal de Sagunt, cuando unas placas del tejado se desprendieron a primera hora, mientras la instalación estaba abierta al público y acabó desalojándose. Lo mismo ocurrió en el gimnasio anexo, con daños también en el tejado, por lo que al final todo el polideportivo internúcleos se cerró todo el día.

En el mismo parque de bomberos no faltaron sobresaltos, cuando el viento arrancó con fuerza una de sus puertas.

Los sustos también fueron buenos en varios colegios de Sagunt. 270 alumnos de Baladre se quedaron sin clase tras los daños causados por el viento y, después de que un enorme pino cayera sobre la guardería, esta última tampoco abrirá las puertas hoy. Junto a ello, hubo desprendimientos de cornisas en Mediterráneo y San Pedro, un último centro que también sufrió la caída de un gran árbol.

Además de daños en la cubierta de La Nau, del abandonado trinquete de Sagunt y en una nave del puerto hecha de lonas sobre una estructura metálica, las caídas de árboles de gran tamaño se sucedieron en distintos puntos de la comarca, en algunos cortando la electricidad o cerrando el paso a caminos, como en la urbanización La Montanyeta de Albalat.

A eso le sumaron cuantiosos desprendimientos de fachadas, que en urbanizaciones de Albalat afectaron también a puertas, muros y aceras, además de esparcir mobiliario de terraza por las calles.

Todo esto hizo que tanto alcaldes como el de Sagunt, Darío Moreno, hicieran un llamamiento a la precaución, especialmente, para evitar daños personales.