No es la primera vez que el viento provoca una tragedia. Al igual que sucedió anoche en Mislata, cuando un vendaval arrancó un castillo hinchable, en agosto otra atracción también se fue a tierra por culpa del viento. Este tipo de accidentes evidencia la fuerza desmedida que el viento puede alcanzar en muy poco tiempo y cómo, en el caso de Mislata, puede provocar una auténtica tragedia. Una de la menores heridas en el accidente de anoche ha fallecido esta mañana como consecuencia de las heridas del impacto.

Fue en Gandia y entonces fue un reventón térmico lo que provocó una súbita corriente de aire extremadamente fuerte que arrancó una noria instalada en Gandia. Las fuertes rachas de viento de un reventón seco derribaron la noria de la feria permanente, conocida como 'Gandilandia'. Al parecer, la estructura de la atracción no pudo soportar las repentinas y fuertes rachas de viento de hasta 80 km/h. A diferencia de la tragedia de Mislata, en Gandía no hubo heridos ni víctimas.