Es la ayuda a la dependencia más desconocida, pero a la vez la más querida por las personas con discapacidad. Se llama asistente personal, y consiste en una (o varias) personas contratadas a jornada completa para ser las manos, los pies, orejas y ojos de una persona dependiente. Alguien que te ayude en todo para poder tener una vida con plena independencia.

A penas hay 192 usuarios de esta ayuda en la C. Valenciana, con un sistema de la dependencia que atiende a 128.000 personas. La prestación está ahogada entre el desconocimiento de su existencia para muchas personas y las dificultades burocráticas, tanto para pedirla como para solicitar ser asistente personal de alguien. El número se ha duplicado respecto al año pasado, pero sigue siendo ínfimo en comparación a las ayudas en casa o en un centro. Por este motivo, Igualdad ha regulado la ayuda en todos sus aspectos, para agilizarla y tratar de darle el empujón definitivo para que las personas la pidan en la modificación del del Decreto 62/2017, que cambia el reconocimiento del grado de dependencia. Cuantas más se beneficien mejor.

El decreto también reforma las retribuciones y aumentará un 33 % la ayuda máxima que reciben los cuidadores no familiares. El objetivo es ayudar a las familias a afrontar la seguridad social de sus cuidadores y aflorar parte de la economía sumergida que existe en los trabajos de cuidados. Además, la Generalitat creará cursos para que estas cuidadoras se formen mientras trabajan y puedan profesionalizarse y acabar creando una bolsa de empleadas. También va a regular los precios de las residencias privadas que acepten personas dependientes derivadas de la pública.

El asistente personal gasta el mismo dinero que se invierte en una plaza en residencia, pero se usa para contratar 40 horas a personal cualificado que te atienda en todas tus necesidades diarias. Las necesidades pueden ser de todo tipo, con lo que se puede contratar a varios profesionales: por ejemplo; un logopeda, terapeuta ocupacional y psicólogo que compartan las 40 horas. La idea es seguir la línea general de la conselleria; fomentar que las personas estén bien cuidadas en sus casas.

El decreto regula por fin aspectos muy importantes que las asociaciones llevaban décadas reclamando. Esta figura estaba prevista en la La Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, más conocida como Ley de Dependencia. Nótese la parte de "promoción de la autonomía personal", que poquísimas comunidades autónomas desarrollaron. Salvo País Vasco, Cantabria, La Rioja y Navarra (autonomías muchísimo mejor financiadas), solo la tienen Castilla y León y la C. Valenciana. Igualdad está haciendo una apuesta decidida para fomentar esta ayuda, que considera, de buenísima calidad para las personas dependientes.

Los requisitos

Hasta hace nada, ni siquiera estaba claro qué requisitos eran necesarios para ser asistente personal. Ahora ya se sabe, Igualdad creará cursos de 50 horas que serán impartidos por asociaciones como Cermi, Vicoval o Codifiva, y tras ello la personas podrá cuidar de otra. El asistente personal lo debe elegir la propia persona dependiente, ya que se entiende que es quien le va a acompañar en su día a día y en momentos privados. Por otro lado, no podrá ser un familiar.

Para el asistente personal infantil (PATI) hay más requisitos. Además del curso se limitará esta figura a profesionales de ramas sociosanitarias. Como explica la directora general de Atención Primaria y Autonomía Personal, Mercè Martínez; "en el caso de los menores tienen necesidades de aprendizaje y de capacidades que todavía tienen que desarrollar, por lo tanto deben ocuparse profesionales muy preparados", explica.

Los cursos serán en grupos reducidos de unas 20 personas y estarán centrados en habilidades para procurar la vida independiente. Martínez explica que ya se han creado varias "oficinas de vida independiente" en Castelló, València y Alicante donde la persona puede ir a informarse y planificar su proyecto de vida. Ahora mismo más de la mitad de los beneficiarios del asistente personal son personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Porque esa es la idea, que haya un proyecto comunicado a los servicios sociales. "Si la persona decide tener un terapeuta ocupacional y un logopeda debe ser dentro de su proyecto de vida, que los trabajadores de estas oficinas irán revisando con él y adaptando según cambien sus necesidades", explica. También es revisable el número de horas concedidas si la situación de la persona empeora.

"En los niños, por ejemplo, no hablamos solo de la parte de la escuela, también de la inclusión en todo momento, poder ir al cine, a un aniversario, estar con los amigos, lo que sea que quiera para que tenga una vida plena", explica Martínez. Remarca que "algunos usuarios me cuentan sus experiencias y son muy positivas, te dicen 'yo ahora me levanto cuando quiero, me ducho cuando quiero, desayuno cuando quiero', evidentemente una residencia no es una cárcel, sino un sitio donde cuidan a las personas, pero esta ayuda les da muchísima autonomía", dice