El PSPV ha empezado a resolver el particular sudoku de las candidaturas para las elecciones de mayo de 2023 por su punto más complicado: Alicante. La síndica y exconsellera de Sanidad, Ana Barceló, será la cabeza de lista para el ayuntamiento de la segunda ciudad de la Comunitat Valenciana, un movimiento que despeja el camino para que Josefina Bueno, consellera de Universidades desde mayo, sea la número 1 de la papeleta para las Corts por la provincia alicantina.
Al contrario que en la forma de proceder habitual del juego matemático japonés, donde se van rellenando los cuadrados que están más claros, los socialistas valencianos han comenzado a desentrañar la confección de sus listas en el territorio que más dolores de cabeza le ha dado a la formación del puño y la rosa en las últimas dos legislaturas (es la única provincia que perdió el candidato más próximo a la dirección de país y es la única provincia donde el PP mantiene la Diputación de Alicante). Pero especialmente complicada ha sido la gestión interna en la ciudad donde desde que en 2018 perdiera la vara de mando, el partido ha sido un constante torbellino de divisiones, choques y refriegas.
De ahí el toque de atención lanzado ayer por Puig hacia sus compañeros en la localidad: "Alicante merece que el Partido Socialista se tome en serio la ciudad". Sus palabras son un aviso a una agrupación sumida en numerosas batallas internas en los últimos años y que pretenden zanjarse con el aterrizaje de Barceló a la candidatura por la Alcaldía. La exconsellera llega con el beneplácito del 'president' de la Generalitat quien ayer en público escondía la decisión: "Es un acuerdo que se tiene que producir en el PSPV".
Lo que se tendrá que desvelar en los próximos días es si finalmente los sanchistas se lanzan a proponer otro candidato a la Alcaldía de Alicante, que a priori no tendría posibilidades reales de ser elegido en las primarias porque se da por hecho que el sector de Ángel Franco -mayoritario en el socialismo alicantino- apoyaría a Barceló, ligada políticamente al exsenador en su trayectoria política. En 2019 ya fue necesaria la consulta a la militancia para elegir al independiente Paco Sanguino, señalado por Puig como el candidatable.
Más allá de otras candidaturas alternativas, la elección de Puig por Barceló está clara. En Palau consideran a la hoy portavoz de los socialistas en el parlamento autonómico como la mejor baza del PSPV para lograr reconquistar la mayor alcaldía que dirige en estos momentos el PP en la Comunitat Valenciana. Su experiencia en la gestión municipal (fue ocho años alcaldesa de Sax) y, sobre todo, el mayor conocimiento que puedan tener los ciudadanos alicantinos sobre ella tras ser la consellera de Sanidad durante la pandemia han sido claves en la elección.
Esa supuesta ventaja, unida a que es la actual presidenta del PSPV y conoce el trabajo parlamentario de primera mano, llevó a que se valorase situarla como cabeza de la lista por Alicante a las Corts para reforzar a Ximo Puig en su intento de revalidar su cargo en la Generalitat. En ese caso aparecía el nombre de la consellera de Universidades, Josefina Bueno, como posible candidata al ayuntamiento. Sin embargo, la exsenadora y catedrática de Filología Francesa será quien encabece la papeleta por Alicante, circunscripción en la que coincidirá seguramente con el presidenciable del PP, Carlos Mazón.
Una vez resuelta la incógnita de Alicante ciudad las tensiones se reducen. Todo apunta a que habrá primarias en Benidorm mientras que Torrevieja, donde también gobierna el PP, es todavía una incógnita. Son las tres localidades de más de 50.000 habitantes en manos de los 'populares'. Pero además, es en València, la joya de la corona, la única en la que gobierna la izquierda y no lo hace el PSPV. Allí la vicealcaldesa Sandra Gómez aspira a repetir. También falta por ver si finalmente Puig (en sus terceras elecciones) se decanta por ir de cabeza de lista en València o repite por Castelló, un formalismo que afecta a los equilibrios internos de la formación.
