La nueva ola de calor suma aire africano, reventones secos y récords en el interior

Los termómetros disparados, el aparato eléctrico y los rayos dormidos obligan a la Generalitat a intensificar los vuelos preventivos de vigilancia

La nueva ola de calor suma aire africano, reventones secos y récords en el interior | FOTOS J.M. LÓPEZ

La nueva ola de calor suma aire africano, reventones secos y récords en el interior | FOTOS J.M. LÓPEZ / minerva mínguez. valència

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

El aire caliente procedente del Sáhara, con polvo además en suspensión, combinado con reventones secos pero también cálidos y termómetros disparados en el interior dejaron ayer una jornada asfixiante. La nueva ola de calor, aunque más suave que en otros puntos de la península, dejaba a primera hora de la tarde 40,3 ºC en Utiel y 39,9 ºC en Jalance. Según la Agencia Estatal de Meteorología de la Comunitat Valenciana en Villena se alcanzaban los 38,8 ºC , en Ademuz, 38,7 ºC y en Llíria los 34,7 º.

El bochorno se dejó sentir especialmente la noche del lunes donde las mínimas rozaron los 25 ºC en el aeropuerto de Alicante-Elx (24,9) o València (24,8), Miramar (24,7), València (23,9), Xàbia, (23,8) o Torreblanca (23,6). Desde el domingo se están viendo, además, cielos blanquecinos que denotan la presencia de polvo sahariano aunque no a ras de suelo sino por encima de los 800 y los 1.000 metros. Aunque hasta el lunes la brisa de levante ventilaba y refrescaba todo el territorio, ayer martes ya no llegó a las comarcas de interior, donde sopló viento terral de poniente y suroeste. Un infierno.

El escenario, advertía Aemet, era el propicio para la formación de reventones tanto cálidos como secos. Sobre las cinco y media de la tarde los diferentes observatorios ya empezaron a registrar tormentas en el interior de Valencia y norte de Castellón. La máxima de la Comunitat Valenciana la certificaba Aemet en Alcoi, con 42,7 grados. Las tormentas de corta duración, con precipitaciones escasas y fuertes rachas de viento, estuvieron acompañadas en muchos casos por pedrisco aunque de tamaño reducido. Así ocurrió en El Rebollar, en Requena. Por la tarde llegaron a registrarse hasta 67 km/h en Pinoso, 52 km/h en Utiel, 40 km/h en Vilafranca y 35 km/h en Villena y Xàtiva.

La nueva ola de calor suma aire africano, reventones secos y récords en el interior

La nueva ola de calor suma aire africano, reventones secos y récords en el interior / minerva mínguez. valència

Aparato eléctrico y pedrisco

caída de rayos fue especialmente relevante en la comarca de la Canal de Navarrés y zonas de la Hoya de Buñol

Según la Asociación Valenciana de Meteorología (Avamet), a las 16 horas se registraban hasta 44,2 grados en la pedanía de Casas del Río (Requena), aunque la «peor sensación de calor» se producía en el Comtat, con valores de entre 39 y 40 grados con una humedad del 50 por ciento.

El calor extremo de estos días obligaba a decretar ayer la máxima alerta para el monte valenciano. El Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat activaba medidas de vigilancia como los vuelos de reconocimiento desde las dos del mediodía hasta las seis de la tarde.

El secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, señalaba que ante este nuevo episodio de calor, el objetivo era minimizar el factor de riesgo especialmente en las comarcas del interior, las más vulnerables.

«Nos preocupan mucho las tormentas secas con aparato eléctrico y los rayos latentes, que suelen caer en árboles, algarrobos o troncos, se quedan ahí y a las 24 o 48 horas acaban en incendio», explicaba. «Hay un sistema que nos advierte donde pueden caer y desde ese análisis hacemos una acción preventiva», remarcaba.

Además, incidía en que los fuegos del verano pasado, en la Vall d’Ebo y en Bejís, tuvieron su origen en los rayos, con más de 32.000 hectáreas calcinadas.

Los embalses del Júcar vuelven a perder agua

Pese a las lluvias de la semana pasada, intensas en algunos puntos de la Comunitat Valenciana, la reserva hídrica en la cuenca del Júcar vuelve a perder agua en la última semana y desciende al 56,1 por ciento de su capacidad, con un total de 1.598 hectómetros cúbicos, el nivel más bajo del año. Las precipitaciones fueron más copiosas en el litoral que en los puntos donde se sitúan las presas. La situación se repite en la cuenca del Segura, donde también registran menos agua y bajan al 34,5% con 393 hm3, el porcentaje más bajo desde mayo, según los datos de este martes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En concreto, en la cuenca del Júcar, la reserva total embalsada se sitúa en 1.598 hectómetros cúbicos -24 menos que hace una semana-, de un total de 2.846, frente a los 1.767 de hace ahora un año. La media de los últimos diez años se sitúa en 1.464. Por su parte, los embalses de la cuenca del Segura almacenan actualmente 393 hectómetros cúbicos -11 menos que la semana anterior-, el 34,5%, de un total de 1.140, frente a los 482 de hace un año. La media de los últimos diez años se sitúa en 513. A nivel nacional, la reserva hídrica española ha perdido esta semana 427 hectómetros cúbicos, el 0,8 por ciento de su capacidad total. Se trata del tercer año con menos agua embalsada en la semana 28 del año desde que hay registros, según datos facilitados por el Miteco a Europa Press. En concreto, en 2022 este mismo año la reserva hídrica estaba al 44,39 por ciento y hay que remontarse hasta 1995, cuando estaban al 35,34 por ciento para encontrar la cifra más baja.