"Que las mínimas nocturnas no bajen es lo realmente peligroso para el cuerpo humano"

El termómetro no ha bajado de los 20 grados en València ciudad desde el 19 de junio

El calor continuo impide descansar y acentúa los efectos desestabilizadores en las personas mayores y enfermos crónicos

Una señora se protege del sol con un abanico en una imagen de archivo.

Una señora se protege del sol con un abanico en una imagen de archivo. / FRANCISCO CALABUIG

Romper la barrera de los 47º centígrados de máxima. Es el récord que hoy se esperaba marcar en la Comunitat Valenciana en la que podría ser la jornada más calurosa desde que se tienen registros. Todas las miradas están puestas hoy en el mercurio y todo el mundo tiene claro que, precisamente hoy, poca gente se aventuraría a hacer deporte a las tres de la tarde en zonas reconocidas como las "sartenes" valencianas como Xàtiva pero... nadie habla de las mínimas nocturnas y, según los expertos, estas son las que tienen mayor impacto en la salud de las personas, más que las máximas, sobre todo cuando son una constante. Calor sostenido durante varios días y mínimas que no dejan descansar, el cóctel perfecto para que las altas temperaturas se cobren su peaje en muertes.

Así lo asegura el catedrático de Geografía y director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. "Las mínimas nocturnas son las más peligrosas porque no dejan descansar al cuerpo y pueden llegar a ser letales sobre todo si existen afecciones previas. Las víctimas mortales por las olas de calor se producen por las mínimas, no por las máximas", por esas noches tropicales sostenidas que no dejan al cuerpo descansar, advierte el especialista.

En una noche tropical continua

Y de temperaturas altas por la noche este verano, la Comunitat Valenciana tiene algo que decir. Según datos recopilados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) desde el pasado 19 de junio el mercurio no ha bajado de los 20 grados en la ciudad de València, lo que significa que la capital valenciana ha vivido en una noche tropical continua desde esa fecha.

Y sumando. Las noches tropicales eran una "rareza" hace unos años pero ahora "son la habitual", según Olcina, y ya se ha subido el siguiente escalón: no bajar de los 25 grados por la noche, lo que se conoce como noches tórridas. De esas, en los valencianos llevan sufriendo 23 noches desde el pasado 13 de julio hasta el 9 de agosto. Un infierno de calor por el día pero también por la noche.

Turistas refrescándose en una fuente en el centro de València.

Turistas refrescándose en una fuente en el centro de València.

Estrés térmico

Y ahí está el problema porque el cuerpo vive en un estrés térmico continuo y los efectos del calor se acumulan. Así lo apunta el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) e investigador en Fisabio, Óscar Zurriaga. "Lo que realmente afecta es el calor sostenido. El problema no es un día solo de mucho calor sino el que se mantenga durante casi tres semanas como pasó el año pasado", apunta, y las consecuencias se agravan si este calor sostenido se da también por las noches. 

El por qué nos afecta tanto el calor hay que buscarlo en el esfuerzo que el cuerpo humano hace para mantener una temperatura "confortable". Cuando sube la temperatura, el cuerpo se tienen que adaptar, tiene un sistema termorregulador que nos hace sudar, por ejemplo y nos alerta de que necesitamos líquidos para mantener esos 37 grados y esto supone un esfuerzo añadido.

No hay registros "oficiales" de las muertes que provoca el calor anualmente más allá de los casos puntuales de fallecimientos por golpes de calor pero estos son las menos. El verano pasado, el peor en mucho tiempo, dejó dos muertes directas pero el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III estima que en el verano de 2022 fallecieron unas 337 personas más de las que se esperaba por culpa de las altas temperaturas.

Los mayores, los más perjudicados

Si ese sistema termorregulador funciona correctamente, no tiene que haber problema si no incurrimos en errores como hacer deporte a pleno sol ya que ahí podemos sufrir un golpe de calor, pero "en los niños y en los mayores ese sistema no funciona igual, no es tan eficaz", explica la médica de Familia valenciana Carolina Mir, coordinadora del grupo del mayor en la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, Semfyc y en su hermana autonómica Sovamfyc. De esta forma "cuando se llega a situaciones extremas, ya sea puntual o de manera sostenida, estas personas tienen una reacción más tardía, les cuesta más adaptarse", añade.

Es por ello que la población mayor es especialmente vulnerable a estas altas temperaturas. "Si a esa reacción tardía se le añade que tienen menor sensación de sed, aumenta el riesgo de deshidratación y de efectos secundarios", añade. Y aquí el calor sostenido (también el nocturno), es el que empeora el problema. "Si la alteración es puntual, se puede corregir, pero cuando esa alteración es continua y el paciente, además, no es consciente aumenta la fatiga del organismo. No es lo mismo soportar calor un día que cinco seguidos, la acumulación es el problema".

En las personas mayores, además, existen enfermedades de base que les pueden hacer más sensibles al calor "y la toma de ciertos medicamentos también influye porque pueden deshidratarse más rápidamente y empeorar el problema", añade Mir. Por todo ello, la especialista en Medicina de Familia hace hincapié en tener un cuidado especial estos días con niños y con mayores. "Que usen ropa ligera, eviten las horas de más calor y se queden en casa, que se hidraten y hagan una alimentación menos pesada", enumera la experta.