Ordenación del territorio

Un total de 492 municipios aún se rigen con las normas urbanísticas de más de 30 años

La mitad de los planes generales municipales, el 51%, se tramitaron con leyes estatales anteriores a la legislación valenciana

El 39% de los municipios aún rige su urbanismo con la ley reguladora de la actividad urbanística de 1994

Panorámica del municipio de Dénia, donde los tribunales anularon las normas transitorias.

Panorámica del municipio de Dénia, donde los tribunales anularon las normas transitorias. / Levante-EMV

El 90% del planeamiento urbanístico valenciano se rige con leyes urbanísticas de hace más de treinta años. Un total de 280 municipios valencianos (el 51,6%) se rigen por instrumentos urbanísticos bajo el paraguas de la legislación estatal de suelo (la franquista de 1956, reformada y refundida con la de 1975, ya que la socialista de 1990 fue anulada por el Supremo en 1997). Y otras 212 localidades (el 39,1%) mantienen su plan general con la primera normativa valenciana, la ley reguladora de la actividad urbanística (LRAU) aprobada en 1994. 

Los otros 48 municipios restantes sí han tramitado su normativa urbanística al paraguas de la ley urbanística valenciana (LUV) de 2005 y la Lotup (ley de ordenación del territorio, urbanismo y paisaje) aprobada por el PP en 2014 y reformada por el Botànic en 2019. Sólo dos municipios valencianos no cuentan con instrumento de planeamiento general aprobado. Se trata de Xert (el Baix Maestrat) y Confrides (la Marina Baixa). Y otros dos tienen normas urbanísticas transitorias: Benissa y Dénia. Aunque en este último municipio también se anularon por sentencia las normas transitorias. 

Son datos del Servicio de información y análisis urbanístico de la dirección general de Urbanismo, recogidos en el libro «El urbanismo que viene. El urbanismo productivo frente al urbanismo especulativo», escrito por el exdirector general, Vicent García Nebot y editado por La Ley Soluciones Legales SA. García Nebot realiza un análisis «casi exhaustivo de las dificultades que lastran el urbanismo valenciano (y por extensión, al español) en su desarrollo aplicativo a lo largo y ancho de nuestro territorio autonómico», según destacó el urbanista y padre de la LRAU, Gerardo Roger, en la presentación del libro en el Colegio Territorial de Arquitectos de València (CTAV), a finales de junio. 

Respecto al tipo de planeamiento urbanístico que aún rige el crecimiento de cada municipio, la estadística recopilada por García Nebot refleja que 285 poblaciones (el 63%) sí tienen plan general aprobado, más otras diez cuentan con la figura de la «homologación del plan general» (adaptado a nuevas normas urbanísticas). No obstante, «57 de estos planes generales aún vigentes son de antes de 1995, lo que agrava la problemática del planeamiento actual valenciano»

Urbanización en la ladera de una montaña en la Marina Alta. Al fondo el Montgó.

Urbanización en la ladera de una montaña en la Marina Alta. Al fondo el Montgó. / Heino Kalis

Y que se agrava en el resto de municipios que cuentan con figuras de planeamiento «menores» o pensadas para situaciones transitorias que se acaban eternizando. Es el caso de los 164 municipios (el 30 %) que aún cuenta con normas subsidiarias (una figura creada en 1956 para municipios pequeños o, como su nombre indica, complementar un plan general) a las que se suman otros 25 municipios que cuentan con la homologación de normas subsidiarias. Otros 54 municipios también subsisten con la figura aún más simple de la «delimitación de suelo urbano»

Al respecto, García Nebot señala que «resulta elocuente la distribución de los tipos de planeamiento: los municipios con problema de despoblación suelen ser los que disponen mayoritariamente de normas subsidiarias y, sobre todo, de proyecto de delimitación de suelo urbano en el interior de la provincia de Castelló, el centro y noroeste de la de Valencia y las comarcas centrales de Alicante». 

Cada año se tramitan cien modificaciones de los planes generales

Desde 2018 la dirección general de Urbanismo ha tramitado cada año más de un centenar de modificaciones del plan general e instrumentos de planeamiento de desarrollo. Aunque la modificación es la figura preferida. «Obviamente los ayuntamientos ya han optado por conservar su antiguo planeamiento y también han optado por modificarlo parcialmente, como solución plausible al bloqueo administrativo estructural que comporta la insufrible tramitación de la revisión de los instrumentos de planeamiento general que agotan legislatura tras legislatura sin ser aprobados», destaca el exdirector general de Urbanismo, Vicent García Nebot, en el libro «El urbanismo que viene».

Las modificaciones de planeamiento y los instrumentos de desarrollo aprobados en los últimos cuatro años «han afectado a 3.875 hectáreas, en cualquiera de las tres clases de suelo, pero sólo han supuesto una reclasificación de suelo no urbanizable a urbanizable de cien hectáreas».  

Aunque tampoco es que haga mucha falta. La C. Valenciana acumula 50 millones de metros cuadrados de suelo urbano y 396 millones de m2 de suelo urbanizable pendientes de gestionar previstos en los planes generales. El 80 % para uso residencial.

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